Y la respuesta llegó. Solucioné todo al día siguiente. La tensión se desvaneció como un jirón de niebla, y con claridad meridiana, supe cómo proceder gracias a unir las dos estrategias financieras cuyos nombres dan el título a esta entrada.
Moviendo saldos de un lado a otro, junté las dos estrategias y pude comprar todos los tiquetes que necesitábamos en la ruta que necesitábamos; viajando en el mismo vuelo en el último tramo del viaje, el más importante, ya que viajábamos juntos por primera vez a un país en el que no se hablaba español ni inglés. Y encima pude tramitar un reembolso de la ruta original, ya que me encontraba dentro de los días y las causales que cobija la ley.
Mejor dicho, rescaté el paseo. Ya podemos pensar en él porque ya estamos subidos al avión…que es.