Estoy regresando de unas más que merecidas vacaciones, que abarcaron casi todo mi diciembre. Por temas logísticos, de tiempos, de trabajo, de estudio…como de todo…finalmente, no llevé libros. Esta decisión tuvo dos consecuencias de corto plazo: por un lado, hasta ahí llegaron mis propósitos de año nuevo sobre lectura y, de oro lado, me dedicaría a estudiar en el avión a Lima.
No obstante, en Perú compré libros con ganas. Porque, por supuesto, no dejé de ir a librerías estando allá. Si bien no estuve en la Librería histórica, sí conocí la librería turquesa, la librería arquitectónica y la librería mostaza, y en todas caí flechada. Pues, aunque en Colombia ha ido mejorando mucho el surtido y la calidad de las ediciones que encontramos (y varias personas en Perú me dijeron que, de hecho, se surten en Colombia), me di cuenta de que en Lima hay una especie de mercado complementario, así que procedí a surtirme yo también.
Esos fueron mis historias de viaje; que me acompañaron y fueron mis lecturas mientras estuve por fuera. Estaré comentando al respecto.
Through the looking glass 