¿Recuerdan que les dije que algo no cuajaba con las lecturas de comienzo de año? Pues ya encontré la que cuajó. Cónclave. La espectacular novela de intriga que ha dado vida a la adaptación que encuentran en cines. Una novela magistral sobre la duda, la fe, la intriga, el poder, y las pasiones humanas en el seno de la institución que lleva el mensaje de Cristo a la Humanidad. Me la devoré.
La novela comienza con un punto fuerte, en plena noche romana. Y nos mantiene en un suspenso tenaz a todo lo largo de las más de trescientas páginas que la componen. Las narraciones de Harris nos llevan a alusiones veladas; reuniones secretas, no tan secretas; conversaciones; consistorios; homilías; misas; intrigas; revelaciones; y, como un telón de fondo, el mundo externo en suspenso para conocer cuál será el hombre aupado a la posición de ser la única figura espiritual con atribuciones terrenales que queda en la actualidad.
Siempre he creído que es una frase de cajón decir que un libro “te atrapa desde la primera página”. Pero en este caso fue así. Harris me atrapó con sus descripciones de la Iglesia y de la elección. Si no tuvo un “asesor” sobre la vida en el Vaticano, entonces tuvo un topo (informante) entre los mismísimos cardenales que le dio muy buena información acerca de cómo se mueve una elección papal en el plano espiritual y en el terrenal. Hizo mucha investigación. O leyó muuuucho la Trilogía Vaticana de Morris West (quien incluso con el último trabajo que hizo dedicado al Vaticano, resultó tener una vena profética) para hacerse una idea de cómo son las elecciones papales…o leyó con muchísima atención el capítulo alusivo al cónclave en “Su Santidad”, la biografía de Juan Pablo II escrito por los Magistrales Berstein y Politi.
Cualquiera que haya sido el método utilizado, Harris la sacó del estadio. Sus descripciones -que van desde la ropa litúrgica de los cardenales, los hábitos de las monjas que los atienden y llegan hasta las medidas de seguridad que los protegen durante el cónclave e incluso el interior de la Residencia Santa Marta y la abismal diferencia con los apartamentos romanos de los cardenales- son minuciosas y lo sitúan a uno como lector entre los cardenales. Uno está ahí. Uno está dudando, escogiendo, escuchando, preguntándose casi desde el primer momento quién será el próximo Papa.
Con sus palabras, Harris hace que la atmósfera se sienta pesada. El silencio denso. La espera y la tensión, asfixiantes casi.
Otro tema grande del libro es la duda. La duda, que carcome a Monseñor Lomeli, nuestro Siervo Fiel. Nuestro Administrador. La duda, como contraparte y componente de la fe. La duda, que permite sopesar y pensar antes de tomar decisiones y proceder. La duda, que hace saltar cualquier circuito mental en este juego de poder atravesado por la fe.
Leyendo Cónclave, sentí que el libro no va más allá de mostrar el proceso de elección de un Papa. Cónclave muestra las profundidades del alma humana (con toda su grandeza y todas sus miserias), cuando siente que sólo le falta un paso para llegar a la cima de todo.