Mi banda sonora mental -link al artículo- durante la lectura de este libro fue esta cancionsota. Este recorrido histórico por el femenino y sobre cómo las mujeres como colectivo hemos sostenido la mitad del mundo desde el amanecer de la historia hasta hoy.
Tuve que parar varias veces para reflexionar y pensar en lo que había leído. O para calmar mi indignación. En cómo “Anónimo” muchas veces en la Historia fue una mujer. O en cómo se buscó borrar de la historia la contribución de mujeres notables en campos que luego los hombres se atribuyeron, silenciando directamente los saberes femeninos o asociándolos al pecado y a la superstición.
Si bien este libro no ha estado exento de polémica, no quiere decir que haya sido menos entretenido. La narrativa es coherente, el paneo a través de las diferentes geografías, personajes y épocas históricas es entretenido y permite adquirir una perspectiva global de un movimiento que se ve a veces muy fragmentado, precisamente por su alcance global.
Asimismo, por estar familiarizada con la escritura y la dicción de dos de las autoras (que tienen sendos podcasts, que pueden verse aquí y aquí), pude detectar en alguno apartes del libro cuáles formas de escribir prevalecieron. Me sentía un poco como acunada por sus palabras…
Hago la salvedad de que le encontré dos inexactitudes. En el tema de las Beguinas, las autoras mencionan que “el movimiento se extinguió hacia el siglo XV” cuando, en realidad, esto sucedió en Europa Occidental. En la región del BENELUX las Beguinas siguieron siendo muy activas; al punto que la última de ellas murió en 2013 en Bélgica. Y la última beguina del beguinario de Lovaina murió en 1.988. Este lugar es patrimonio de la UNESCO, hoy en día forma parte de la KU Leuven como dormitorio de los estudiantes de máster y doctorado, y se puede visitar durante el día como parte del recorrido por esta ciudad universitaria (todavía estoy por escribir acerca del viaje a esta ciudad).
La segunda inexactitud fue con respecto a Japón. Haciendo alusión a su proceso de apertura al comercio internacional, las autoras aducen que fue el Imperio Británico quien hizo abrirse al país al mundo, cuando fue el Comodoro Perry, a cuya gestión siguió el Tratado de Kanagawa y los demás Tratados de Paz y Amistad firmados por este país a su ingreso a la comunidad internacional durante la Revolución Meiji.
También tuve el inconveniente de que los audios del libro no me funcionaron; por lo que no pude aunar el audio al contenido del libro en tiempo real. Tendré que dejar la escucha para otra ocasión, puesto que tendré que mantener el seguimiento con Penguin.
Teniendo en cuenta lo anterior, y por lo tanto leyéndolo con los caveat que menciono, no dejo de recomendar la lectura de este libro. Es un buen paneo de cómo llegamos a la situación en la que estamos con respecto a los derechos de la mujer, que son también Derechos Humanos.
Through the looking glass 