“Si le gustan, se los puedo mostrar” me dijo la encargada de la librería en el Alto de las Palmas, como tentándome, al ver que me detenía un segundo más de lo normal frente a las espectaculares ediciones de Harry Potter hechas por Minalima.
“Muchas gracias” le dije. “La verdad es que son espectaculares” respondí, y continúe “pero he leído que Scholastic está considerando desde el año pasado no continuar con la serie, pues no ha tenido la acogida que esperaban. La verdad, es que estos libros tuvieron un timing perverso” rematé.
La editorial había comenzado la serie en 2020 con el primer libro. Y, si bien ese año pintaba bien al principio desde el punto de vista económico, muy pronto las circunstancias cambiaron, como todos conocemos. Mucha gente perdió su empleo, o tuvo que vivir de emolumentos del gobierno; y la verdad es que, en un país como Colombia -y muchos de habla hispana- no había espacio para libros como estos. Si de ordinario no los había, ahora menos.
No se me hizo raro, pues, que la serie quedara a medias, pues si bien son libros joya, son libros muy caros frente al promedio de la industria en el país. Comprar los tres libros juntos, en ese momento, habría costado alrededor de $660,000 pesos.
Peeero con lo que no contaba era con esta noticia sobre la salida del cuarto libro de la serie. No podía creer cuando lo leí. Siempre sí iban a continuar con la publicación de los libros; por lo que me empezó a carcomer el dilema: ¿comprar o no comprar?
La verdad, es que son espectaculares. Son libros interactivos, a todo color, en pasta dura. Son libros un poco mágicos, si me entienden. Le hacen completo honor a la serie que ilustran. Pero la variable del precio pesaba bastante en mi balanza.
Entonces entró mi novio como árbitro (parcializado) de la disputa. “¡Cómpralos!” me dijo. “Cómpralos todos de una vez. ¿Tú crees que no te he visto, mirando esos libros cada vez que pasamos por delante de ellos en todas las librerías en las que entramos?” Me lo quedé mirando de hito en hito. Ni yo misma me había dado cuenta de que los ojos se me iban a esos libros cuando pasaba delante de ellos. O me estoy volviendo una campeona del auto-gaslighting, o me estoy volviendo distraída, o -como última y no excluyente opción- me hice a la idea de que como la serie no seguiría y los libros eran caros, no valía la pena como inversión, y los excluí mentalmente de mi lista de deseos. Pero nunca hay que decir nunca. Ahora volvía la esperanza…y de la mano de un nuevo libro de la serie, y nada menos que con un nuevo equipo ilustrador (lo que no ha estado exento de debate, como lo muestra el excelente video a continuación) …
En fin. Sobra decirse que -envalentonada por los anuncios de las editoriales, y tras mucho revisar precios para conseguir el mejor negocio posible- decidí hacer la compra de los tres libros disponibles actualmente en el mercado, y de proceder con la preventa del cuarto libro tan pronto como esté disponible para mi país.
Mi niña interna está feliz, porque está volviendo a hacer la serie de Harry Potter.
Through the looking glass 