Soy una nerda, a la que no le gusta el trasnocho. Pero estoy segura de que este libro se sintió como se debe sentir una fiesta de esas pesadas. Con perico. Con traquetos. Con mucho, muuucho trago. Ese tipo de fiestas de las que la gente se despierta dos días después, con la lengua seca, un posible embarazo y sin recuerdos de la noche anterior. Esa fue la historia de la vida de Rosario Tijeras, la gran obra de Jorge Franco.
Así de vertiginosa y de peligrosa se sintió leerlo. Terminé mi lectura apenas dos días después de haberla comenzado. Leer esta novela corta se siente como un símil del vértigo mortal que sacudió a mi ciudad y al país en la época de la vida de Rosario. El ritmo del libro -que encontré en la preciosa edición de aniversario que se ve en la imagen de portada- va llevando al lector por una vida en donde los extremos se tocan: desde una casa muy humilde en un cerro, a un apartamento de lujo con un carro -prestados, como ella dice- y hasta una cabaña en Santa Elena. Los excesos, las fiestas, el trago, la droga, los cementerios, la muerte…todos los excesos -hasta los del final de la vida- son tratados en este libro.
En la sala del hospital, un reloj roto. Una imagen poderosa del tiempo que se detiene cuando golpea la tragedia, como un eterno presente donde sólo queremos sobrevivir. ¿Qué fue eso, sino una década entera en que nuestra sociedad se enfocó en llegar a casa cada noche, abrazar a la familia, y rezar para que hubiera un siguiente día, en medio de los excesos?
Rosario no nos deja saber quién es, ni qué papel jugó en esta orgía que casi nos come vivos: deja esa reflexión al lector. ¿Leímos la historia de una sicaria? ¿La de una prostituta, o la de una acompañante? ¿La de una víctima, la de una victimaria? Nunca lo sabremos. Tal vez, leímos la de una oportunista: alguien que vio una manera de abrirse camino y sobrevivir en un medio hostil como sólo puede serlo una ciudad latinoamericana. Eso último, no lo saben ni siquiera los dos protagonistas de la historia -niñatos de buena familia- que desde su perplejidad reúnen los pedazos de la historia de Rosario, antes de que la Muerte les terminé de ganar la partida.
Through the looking glass 