Damas y caballeros, ya hay itinerario para estos días. Ya tenemos qué hacer con nuestras vidas estos últimos días que quedaban en España. Esto era algo que, si bien no me produjo angustia extrema en estos días, sí se me pegó como un chicle a la parte de atrás del cerebro y se quedó subprocesando hasta que me dieron el go final.
Como les dije, nuestra solución pasaba por los hermosos pueblos españoles. Para ser más claros, por los Pueblos Blancos de Andalucía. Desperdigados por toda la región, es posible visitarlos en una o en varias rutas dependiendo de cuáles son los intereses o cuántos días hay disponibles para la aventura, ya que para esto es necesario alquilar un carro e irse por el sur de la península armado de GPS, pues no hay transporte público que cubra a estas poblaciones, o que cubre a muy pocas.
En nuestro caso, no queremos manejar, por lo que nos iremos por la vía más tranquila y tomaremos una excursión de un día que sale de Málaga para volver a la ciudad de Picasso en la noche, antes de regresar a Madrid para ver el último pueblo. Que vivan los pueblos de España.
Through the looking glass 