Un paseo descansado

Ciudad de México

En vista del estado en el que quedamos, optamos por un viaje un poco más distendido el día de hoy. Así pues, conocimos la Ciudad de México cómodamente sentados en uno de los Turibuses que se ven por la ciudad.

El recorrido lo comenzamos en el Zócalo, donde está el módulo de la empresa operadora; y se extiende por toda la parte del Centro Histórico (incluyendo colonias Roma, Condesa y Polanco) y del Parque de Chapultepec. Se explica cada monumento, calle o particularidad del recorrido. Pudimos ver unas estampas encantadoras de la Ciudad, y comprendimos la magnitud de los aportes al mobiliario urbano que hizo, por ejemplo, el Porfiriato.

Es muy agaradable ver cómo la ciudad se muestra ante nuestros ojos. Pudimos hacer el recorrido bajo el sol, disfrutando del clima (que estuvo menos invernal) y CÓMODAMENTE SENTADOS, descansando nuestras piernas de la maratón de ayer. Personalmente, la colonia que más me gustó fue Polanco, pues la encuentro muy similar a mi vecindario, con la particularidad de que, al contrario de éste, es plana; así que es posible caminarla y montar en bici o patines por allá. Mi hermano, en cambio, prefirió Roma, que encontró más de su gusto.

Al terminar el recorrido, salimos a más no poder a la casa, pues había que tomar las cosas que habíamos previamente empacado, ya que nos íbamos de aventura esa misma tarde. Almorzamos a las carreras, y salimos corriendo a la estación del metro, buscando la terminal de autobuses. Horror de horrores: tomamos el metro en hora pico, por lo que tuvimos que dejar pasar dos trenes que venían FULL. En el tercero cupimos, gracias a Dios, pues (aunque tenía plan ya me estaba temiendo lo peor: no poder salir a tiempo, y tener que posponer el viaje para el día siguiente. Tantas carreras…para nada!

No obstante, Dios fue grande y pudimos llegar a la terminal justo a tiempo. Buscams una opción más barata de tiquetes, aunque finalmente opté por una sugerencia hecha por mi mentor Jorge, y compramos los tiquetes en el ALO.  Ya con más calma, buscamos un café internet y nos reportamos a la familia respecto a qué habíamos hecho, qué íbamos a hacer y  cuándo podían encontrar una actualización de nuestras andanzas. Compramos unas chuches y subimos al bus, listos para nuestro encuentro con el sur profundo de México y con una de las más grandes civilizaciones que han existido.

This entry was published on November 24, 2011 at 3:46 pm. It’s filed under Diario de Viaje, Viaje and tagged , , , . Bookmark the permalink. Follow any comments here with the RSS feed for this post.

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