Hace poco, tuvimos una reunión importante. Muy importante…OK, realmente, fue bastante más que importante. Íbamos a comenzar un proyecto bastante ambicioso en la oficina (que ya estamos adelantando) y nos íbamos a reunir ese día todas las partes involucradas para comenzar con el proceso de toma de decisiones dirigido a que éste llegara a buen término.
Les cuento que todos los administradores llegamos vestidos de azul. Azul oscuro, azul cielo, cuadros azules o rayas azules. Siempre azul. O gris, en sus gamas. Y ropa formal, de línea conservadora para ambos sexos. Las demás partes involucradas (accionistas y demás) vinieron en una gama de colores distinta; por los lados de los habanos, los ocres y los blancos, con blazer o suéter azul oscuro.
Ya me había ocurrido en otra ocasión. Íbamos a una reunión (también importante); y los tres representantes que asistíamos de parte de la oficina resultamos vestidos en colores crema y habano para los pantalones y la falda; y azul oscuro para mi blusa y los blazer de los señores. Si nos hubieran hecho circular un memo, probablemente no habría sido tan efectivo como esa presentación.
Y no lo digo porque sea la primera persona a la que le haya pasado; ni la primera que les mencione este tipo de coincidencias. Tampoco soy, con seguridad, la primera persona que haga énfasis en la importancia del color y el tipo de ropa que se usa en la vida de oficina.
Bromas aparte, todos conocíamos la importancia de esta reunión. Por eso, nos arreglamos para transmitir la mayor confiabilidad y seriedad posible; y tal cosa ocurre cuando se utilizan los azules, el gris y el café.
En todas sus tonalidades, incluso las más claras, estos tres colores transmiten seriedad, estabilidad y confiabilidad. Eso se los puede decir cualquiera que sepa de psicología del color. Y también les pueden decir que esas son las tres características más buscadas en un administrador o asesor. Por eso, no es extraño que mi gremio se luzca utilizando ropa en esos tres colores; y deje el color para los accesorios, en hombres y mujeres.
Por eso, y aquí me atrevo a hacer una recomendación, es muy buena práctica fijarse bien no sólo en cómo va vestida la gente en las reuniones de cada sector económico; sino en la vida diaria en la oficina, formal e informalmente. En los colores que más se utilizan en la vida diaria; y buscar cómo adaptarlos a lo que nos gusta. Habrá casos en los que sea más difícil, como los uniformes de médicos, enfermeras o soldados; pero en la mayoría de los casos, habrá espacio para la creatividad.
Through the looking glass 
Una entrada muy interesante, siempre es importante mantener un “dress code” cuando se trabaja de cara al publico o en oficinas. Como curiosidad mencionar que mientras leía la entrada, no he podido dejar de pensar en un amigo mío que sólo tiene o usa camisetas blancas. Saludos!
Aquí, en varias compañías, hay un dress-code explícitamente establecido. Si no, te lo mencionan de forma informal. Pero todas esperan que te vistas de cierta manera; e incluso, las universidades dan una materia (“Protocolo”), donde te enseñan a hacerlo de manera adecuada para el entorno y la industria en que vas a trabajar. Saludos!
Creatividad y respeto por la oficina, si voy a la playa, uso vestido de baño y sandalias planas, si es la oficina ropa para ir a la la oficina, así como si esoy en un velorio, voy de oscuro o negro y si voy de paseo, uso blujean y tenis. Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar 😐
No sabes lo que las personas aman vestir de cualquier manera.