El RetoLector de esta semana me llevó a un lugar muy lejano…el espacio profundo. Se me pedía leer un libro que tuviera lugar en el espacio; y por eso recurrí a esta novela corta del escritor español, que narra el encuentro entre una criatura alienígena y un explorador humano en un planeta recién descubierto. No diré terrícola aquí, pues nunca mencionaron en el libro -que yo recuerde- que su base estaba en la Tierra o algo así. Así que, en honor a la imaginación, me abstendré de hacerlo.
Como les decía, el libro es corto; pero sustancioso. Se nota que las descripciones que el autor hace del equipo de los exploradores, la toma de muestras, la criatura y el nuevo planeta son fruto de una buena investigación; porque, debo decir, para imaginar ciertos escenarios es necesario tener, bastantes veces, muy buenas bases de conocimiento en la materia. De este modo, el texto no se verá demasiado fantasioso.
Así pues, es perfectamente factible que haya un planeta tan frío, que tenga de hecho gases licuados y parezcan agua, como el lago en el que “cayó” el explorador; o que haya bioluminiscencia; o que existan criaturas como la que él encontró: seres evolucionados de una manera distinta para adaptarse a condiciones distintas de vida y de sobrevivencia. Éste, incluso, tenía una sociedad muy estructurada, como pude darme cuenta en el capítulo final, que es inesperado para el lector.
Así que, ¿por qué no?