Comienzo mi intervención acusando derrota: efectivamente, no pude terminar este libro. Simplemente, no hubo afecto por él. Traté, pero no pude. Hubo elementos de la trama que se me hicieron físicamente eternos y no comprendí bien la dinámica de los personajes (que, de todos modos, estaban muy bien hechos y descritos), ni el porqué de las relaciones entre ellos.
Las descripciones de los bajos fondos y los horrores del Londres victoriano sí estuvieron muy bien hechos; pero, me temo, las de la guerra civil lo estuvieron también tanto, que me enfangué en ellas y no fui capaz de continuar. Mis ganas de seguir quedaron en algún pantano de Florida.
Espero que, tal vez, alguna vez llegue el tiempo de este libro. Por lo pronto, debo decir que no me quedaron ganas ni de leerlo para completar el RetoLector de esta semana; porque los libros se comienzan por curiosidad, se siguen por interés; y se terminan por amor. Y la trama falló en suscitar lo segundo en mí.
😦 es horrible insistirle a un libro con el que uno no se sincroniza
Estoy de acuerdo! En este caso fue así; y cuando eso me pasa, no dudó, sino que dejo el libro sin juzgar
Es la obligación del escritor encantarte con su arte, no la tuya tragértelo a la fuerza, es justo darle un intento real a cada libro, pero no me voy a obligar a terminarlos y no creo que sea un fracaso, al menos no uno del lector.
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