Hace unos días, recibí este libro como regalo, y me encantó. Primero, porque adoro el humor fino del NewYorker (ya tengo otro libro de sus caricaturas) y, segundo, porque amo al objeto de las caricaturas del libro: en particular, vivo con mi hermano y una señorita como la de la portada desde hace ya casi 9 años; que se ha convertido en el ama, dueña y señora de la casa.
Así pues, este libro acerca de perros en el New Yorker tenía todo el sentido del mundo: para mí como lectora, y en mi faceta de mascota humana de una rough collie, quien también apreció el volumen:
…y además aparece en una de mis caricaturas favoritas de todo el libro:
A continuación, los dejo con una selección de finuras acerca de nuestros mejores amigos, seleccionadas por la prestigiosa revista de una muestra de los últimos sesenta años: