Hoy fuimos a una pequeña joya belga; situada al norte, cerca a Amberes: la ciudad de Brujas.
Esta pequeña “Venecia del Norte” cuenta con canales y un entorno como de cuento de hadas; ya que parece como si toda la ciudad (toda la ciudad) se hubiera quedado detenida en los siglos XIII o XIV, y camináramos en una especie de maqueta a escala real de la Edad Media.
Conseguí los tiquetes de viaje a través de la página de SNCB, la autoridad ferroviaria belga; la cual me permitió comprarlos con mi tarjeta débito. Entre las opciones de pago hay Bancontact (que es como su botón PSE y habilita a las tarjetas Maestro pagar por internet) y Tarjeta de crédito, para quienes compran por fuera del país.
Llegamos a eso de las 8.30 a.m. La ciudad apenas despertaba, y estábamos físicamente solos. Es decir, nosotros, las calles…y el equipo oprganizador de la contrarreloj de los mundiales de ciclismo, que se están celebrando en el país y que, por coincidencia afortunada, pudimos ver justo hoy.
Encima, tuvimos tan buena suerte que no sólo estábamos en la ciudad por la fecha, sino que además alcanzábamos a hacer el tour, caminar un poco y podríamos ver la llegada de los ciclistas -entre los que había varios colombianos- a la meta de esta contrarreloj.
Así pues, no había tiempo que perder. Aunque la ciudad estaba un poco sola, comenzamos a caminar y a disfrutarla. Como decíamos en retrospectiva, cuando las calles comenzaron a llenarse, el haber llegado tan temprano nos sirvió para -de alguna manera- tener la ciudad para nosotros solos y poderla disfrutar a nuestr ritmo, antes de que se alcanzara a llenar.
Por ejemplo, pasamos por una calle llena de tiendas de chocolates y pudimos tomarnos nuestro tiempo maravillándonos ante la cantidad de opciones y la maestría de los chocolateros, y pedirles su consejo sobre cuál bombón de los exhibidos probaríamos a continuación. Esto, más tarde en el mismo día, no podríamos haberlo hecho.
A las 11.00 a.m. comenzó el tour. Tomamos este, con una guía muy amable y súper conocedora de la historia, los lugares y los personajes de la ciudad. Aprendimos la importancia de la institución de las beguinas, por qué brujas siempre tiene -y siempre va a tener- cisnes, la historia del lago del amor (o Lago de Mina), y por qué la ciudad parece de cuento de hadas (que es una explicación más bien de cuento de terror). Pero no digo más porque spoilers, y no querría dañarles la visita a esta joya de ciudad, que muy bien vale la pena hacer y puede hacerse en un día, con calma, desde Bruselas.
Es preciosa Brujas!, sus canales y los jardines de las casas al borde de ellos, le dan un ambiente muy romántico.:)
Sí, es como estar metido en un cuento