Barranquilla es la ciudad de más reciente fundación en la Costa. Es un puerto, enclavado cerca de la desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe, y la ciudad industrial de la Costa por excelencia.
Es un enclave de inmigrantes, por lo que no es raro encontrar personas con apellidos franceses, alemanes, polacos, sirios o libaneses pululando en esta ciudad de pequeño tamaño, dándole su dinámica y su talante característicos. Diplomáticos por naturaleza, muy rara vez los costeños buscan la confrontación, y eso se nota en la política, los negocios y, en general, la vida de esta región.
La ciudad de Barranquilla está conectada a Santa Marta por la antes mecionada Vía de la Cordialidad. La carretera bordea el Mar Caribe, y conecta las tres principales ciudades de la costa, sus áreas metropolitanas, y los pueblos alrededor de la vía. De nuevo, la vía es estrecha para estándares internacionales, pues es de una sola calzada. Es recomendable manejar por la derecha y respetar los macondianos límites de velocidad en Colombia: 80 kilómetros en carretera.
La ciudad se puede conocer en poco menos de un día. Se puede ir al Zoológico, al Muelle de Puerto Colombia, y conocer el Norte, la mejor parte de la ciudad. Debido a su vocación comercial, la ciudad ofrece múltiples alternativas para compras, a lo que se puede dedicra muy bien la tarde.
Para almorzar, recomiendo buscar un restaurante de comida libanesa. La ciudad tiene una marcada influencia de esta cultura, y siempre siguen las recetas tradicionales de esta parte del mundo.
Después de tan copioso almuerzo, y de una tarde de compras o de conocer, se pueden devolver a Santa Marta por la misma Vía de la Cordialidad, para llegar antes de que sea noche muy cerrada al hotel.