San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Este destino fue una sugerencia de mi prima, quien ya había estado por tierras chiapanecas; y a quien le parecía que había que apreciar un poco la cultura local antes de tomar camino de nuevo a México. Mejor sugerencia no me pudo haber dado. San Cristóbal de las Casas es, a mi modo de ver, uno de los lugares más animados, más alegres y con más alma que he conocido, incluso dentro de México. Hay algo en el aire de este pueblo…algo especial…
Creo que a eso pueden contribuir los mochileros. En este pueblo tan pequeño en las montañas chiapanecas, al que se llega después de cinco horas de una carretera llena de curvas, pululan los mochileros, y de todas partes! Le dan al pueblo un aire despreocupado y bohemio que refuerzan la tranquilidad de los indígenas mayas, que son franca mayoría; al punto de que, en las calles, oyes a la gente hablando en los dialectos del maya. También, recordando que este puebol está a tiro de piedra de Guatemala, pude ver mayas guatemaltecos con sus lindas ropas de colores al caminar buscando un sitio donde almorzar.
Probamos platos típicos: pollo píbil; y también dulces de camote, chamoyadas y empanizado de maní (nuestro culce fetiche en Chiapas), en el mercado de dulces del pueblo. Comimos, lo admito, como locos, mientras recorríamos los rincones del pequeño pueblo, llenos de color y resplandecientes bajo el sol. Éste es un paseo de medio día, para aquellos turistas que son un poco más de conocer lugares; pero es un divertido periplo pro el alma humana.
No hay que dejar de anotar que este es un pueblo zapatista, de los primeros pueblos zapatistas que hubo en el país; y en ello radica su atractivo, supongo para los extranjeros provenientes de más lejos. Sin embargo, zapatista o no zapatista, es un lugar al que definitivamente volvería.
Como dato curioso, el único restaurante colombiano que vi en México, lo vi precisamente en San Cristóbal de las Casas; y con el clásico anuncio de la gaseosa Colombiana en su decoración!
Caminamos un poco más, vimos las artesanías del lugar, y tomamos el hotel-bus para llegar, al amanecer, a la ciudad de Puebla.