Sigo con mi manía de las lecturas largas. Esta vez, quisiera hablar de los libros generacionales. Es decir, de aquellos que, sin ser series de libros (de las que ya hablé) tratan en sus tramas, supremamente ricas en detalles, de los trasegares de varias generaciones de una familia o comunidad.
Me gustan porque no muestran solamente las acciones de unos personajes; muestran el alcance de las consecuencias de dichas acciones en el tiempo, y la forma casi caótica en que las personas se relacionan entre sí y hacen que, finalmente, todo llegue a un final, más o menos inesperado en un largo plazo.
Aunque hay libros de estos que no son simplemente gordos sino ¡gigantes! los puede haber relativamente delgados, como la siempre famosa Cien Años de Soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez. La complejidad no siempre se evidencia en un gran volumen sino en una exquisita atención al detalle.
No obstante, varios de entre ellos no tienen muchos márgenes, y su letra es pequeña pero su lectura, si se tiene buena memoria y atención al detalle, es cuando menos amena. Corroboran mi impresión “Los Pilares de la Tierra”, su continuación “Un Mundo sin fin” (Imaginen: una serie de libros generacionales!!! Ken Follet es un gran escritor) y, por supuesto, mi última novela generacional, que recién terminé a finales de Octubre después de haber hecho un espacio de libros y tiempo: Un corazón helado.