Té con galletas

Hotel Riad Dar Soufa; Rabat, Marruecos.

Ese fue nuestro recibimiento en Rabat, por parte de Benoit y su madre, los hospitalarios dueños del Riad Dar Soufa, también localizado en la Medina.
Mientras nuestra habitación estaba lista y se surtían los trámites de rigor, nos preguntaron con amabilidad acerca de nuestro viaje en tren desde Fès, el cual fue muy cómodo; y si habíamos encontrado con facilidad el hotel, el cual está muy bien situado dentro de la Medina, pero cerca al mismo tiempo de la estación de trenes y de las dos principales avenidas de la ciudad, Mohammed V y Hassan II, que en todas las ciudades marroquíes son ejes viales principales, generalmente uniendo la parte nueva y la Medina.
Aprovechamos el primer día para callejear por la ciudad vieja haciendo algunas compras en nuestro recorrido, y tomamos el tranvía hasta llegar a la famosa Torre de Hassan II.
Fue una buena herramienta para movernos por la ciudad; principalmente desde y hacia la medina, que cuenta con estación propia en una de sus puertas de acceso y a partir de la cual alcanzábamos el riad en una caminata en línea recta sobre la calle principal del barrio.
Es un servicio que la ciudad mantiene limpio, y que sus habitantes mantienen en buen estado. Esto se une con un muy buen precio y una ruta que une todos los puntos de
la ciudad en línea recta. En tranvía llegamos a la Torre de Hassan II. Ésta habría estado destinada a servir como minarete de una mezquita gigantesca, pero el plan no pudo ser terminado debido a que el edificio era demasiado grande y no estaba bien orientado.
Encontraríamos ejemplos de estas correcciones a lo largo del país, pues como se sabe es deber de los musulmanes rezar en la dirección de La Meca y es necesario que los edificios estén siempre en la dirección exacta.
Fue impresionante llegar al patio de este edificio justo durante la oración del viernes, la más sagrada para los musulmanes; escuchar el llamado del muecín a la oración y presenciar la devoción con que los creyentes escuchan a su imán rezar y dar su discurso semanal mientras aprovechaban las columnas del edificio original para apoyarse mientras se sentaban sobre la sombra proyectada por las mismas para oír con comodidad.
Otra visita hermosa que pudimos apreciar el día de hoy fue Chellah. Sus ruinas están rodeadas por una muralla, y en ellas conviven edificios romanos y ruinas musulmanas tempranas, que si bien están en sectores yuxtapuestos, hablan de una ciudad que en su momento vivió una transformación importante en su historia.
Es hermoso caminar y poder apreciar dónde termina un sector y comienza otro; cuáles tipos de edificio son propios de cada sector; así como ver la sorprendente cantidad de cigüeñas del lugar, que dan la sensación de haber estado allá por los siglos de los siglos.
Estos pájaros dieron lugar a otro “momento kodak” del paseo, al ser confundidos con las avestruces por parte de mi familia, en un derroche de conocimiento ornitológico.
Aprovechamos la cercanía, y fuimos de Chellah al Barrio Andaluz o Barrio de los Oudayas. Lo llaman Andaluz porque en él se asentaron los moros expulsados de España tras la reconquista de los Reyes Católicos. En este país sigue pesando en la conciencia colectiva la expulsión de los moros del sur de España; y para alguien observador, es más que evidente su sensación de vacío frente a una pérdida que no han encajado. Caminamos un rato más, disfrutando de los callejones del barrio, los cuales tienen un estilo decididamente griego (¿o, mejor dicho, similar al de Tetuán?) antes de volver al Riad.
Después de este agotador día, nos entregamos a otra de nuestras actividades de viaje favoritas: lavar la ropa. Al haber escogido ser viajeros de poco peso, tendríamos por consiguiente poca ropa y poco espacio en nuestras maletas, por lo que era menester cuidar y lavar la ropa que hubiera disponible si queríamos mantenernos limpios.Con jabón Rey en mano, nos dimos a la tarea y confiamos en el clima del desierto, que daría celeridad al secado y nos permitiría poner la ropa lavada, seca y lista para usarse de nuevo en nuestras maleta
This entry was published on August 9, 2014 at 10:05 am. It’s filed under Diario de Viaje, Viaje and tagged , , , , , . Bookmark the permalink. Follow any comments here with the RSS feed for this post.

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