Edfú, Egipto
El día de hoy continuamos yendo hacia el sur, fin de nuestro viaje, mientras conocíamos dos templos: el Templo de Horus en Edfu y el Templo de Sobek en Kom Ombo.
El Templo de Horus está dedicado al Dios Halcón, hijo de la tríada osiríaca. Es un templo importante, que tiene la interesante característica de haber sido construido en los tiempos del Egipto Griego, después de la conquista de Alejandro Magno. Me sorprendió confirmar la larga duración del antiguo culto del país; ya que a estas alturas, sabemos que el país ha tenido todos los credos: egipcio, griego, romano, cristiano y musulmán…
El templo está increíblemente bien conservado -mejor que el mismo Karnak- y es un placer de recorrer. Está al sur de Dendera, otro de los lugares que quise conocer pues es donde está el hermoso templo de Hathor; pero no fue posible visitarlo por razones de seguridad: el país todavía no está completamente pacificado.
Después visitamos el Templo de Kom Ombo, ya en Nubia; que considero uno de los templos más curiosos de Egipto que conocí. La razón es que este templo “es doble”; y no sólo doble, sino simétrico con respecto a su eje, en el cual se encuentran los santuarios de dos dioses: Horus (llamado “el viejo” en este templo) y Sobek, el dios cocodrilo de la fertilidad.
De forma simétrica, y usando el mismo precinto sagrado, las salas de adoración de demás partes del templo se reparten alrededor de cada santuario, creando un conjunto único en el país.
Infortunadamente, los coptos utilizaron el templo en algún periodo para hacer una iglesia, por lo que desfiguraron varios de los relieves, por lo que pude ver. Generalmente, lo que pude ver de estos daños fue que “removían” al dios de la pared, dejando una especie de hueco en el que se veían las marcas de los cinceles usados para remover la talla.
Otro detalle interesante: los templos egipcios eran ocasionalmente hospitales; en particular los de Hathor y Sekhmet. Tiendo a pensar que este templo tuvo también esta función a pesar de no estar dedicado a ninguna de estas diosas; ya que hay un mural en el que se describe con mucho detalle el instrumental quirúrgico de los antiguos egipcios que, entre otras cosas, no parece diferenciarse mucho en su diseño del nuestro, excepto por supuesto en los materiales: ¡del marfil y el acero al titanio siempre hay un trecho!
Suficiente de conocer y explorar por el día: volvimos al barco a tomar cerveza (¡por fin cerveza decente, que no parece Pony Malta!), meternos en la piscina (de la cual teníamos una idea completamente errada) y descansar mientras seguimos, como siempre, camino hacia el sur.