Uno de mis sueños de nerdita de toda la vida había sido conocer la Biblioteca de Alejandría. Desde que había leído por primera vez acerca de la reconstrucción de la Biblioteca más famosa de la Historia por parte de la ONU, mi imaginación no había dejado de volar hasta la ciudad del Delta del Nilo. Imaginaba cómo sería su famosa biblioteca, de cuya existencia estaba al tanto pero de la que no conocía los planos. ¿Sería fiel al original? ¿Tendría referencias? ¿Qué tan grande sería?
La respuesta a todas esas inquietudes por fin vino en septiembre de 2014, cuando –estando en Egipto- pudimos ir por fin a conocerla en una visita a Alejandría.
La ciudad, como en su momento escribí, no nos dejó muy buenas referencias. Reitero que me considero una persona valiente; pero Alejandría ha sido uno de los pocos sitios donde sentí miedo físico de caminar, de día o de noche, como ya he referido. La visita a la Biblioteca, no obstante, fue otra cosa.
Para empezar, no es nada de lo que uno se habría imaginado. Es un conjunto de edificios que incluye un Planetario, una imprenta y tres museos; algunos de los cuales están dentro del edificio de la Biblioteca. Éste es un edificio moderno, de corte circular, que alberga las tres colecciones de la Bibilioteca (digital, general y científica) y la Sala de Lectura. Está decorado con representaciones de todos los saberes y símbolos científicos; así como de símbolos de todos los idiomas y alfabetos conocidos por el Hombre.
La sala de lectura tiene once (¡once!) pisos. Los constructores hicieron un pequeño homenaje a la arquitectura egipcia, por lo que es posible ver una sala hipóstila dentro de la sala de lectura:
Además, para aprovechar sin encandilarse el fuerte sol egipcio, sus ventanas siguen el diseño de los párpados humanos. Así, dejan pasar justa la cantidad de luz necesaria para iluminar:
A la entrada, se encuentra la estatua en honor de Zenódoto de Efeso, el primer Bibliotecario conocido de la Biblioteca de Alejandría:
Sólo el conocer la Biblioteca, a orillas del Mediterraneo, lleva toda una mañana; muy bien aprovechada, por demás, porque hay poco que ver en el resto de la ciudad, por lo que una estancia de un solo día sería lo recomendable para cualquier viajero que quiera conocer la capital del Egipto griego.
Todas las fotos incluidas en esta publicación son mías; con excepción de la panorámica de la Sala de Lectura. Esa pertenece a mi hermano.
LINDAS FOTOS DE LA BIBLIOTECA, ALE! LINDOS Y GRACIOSOS RECUERDOS DE ALEJANDRIA 🙂