Otra serie de libros (mejor dicho, de historietas) que me enseñaron lo ancho que es el mundo! Seguí a Tintín a cada uno de sus viajes, junto a sus inseparables amigos Milú y Capitán Haddock.
Los acompañé a conocer qué había pasado con la llegada a la tierra de una Estrella Miteriosa; a los Estados Unidos, donde conocieron un campamento de Pieles Rojas; a China, donde conocieron el Loto Azul, al Congo y, por supuesto, a Egipto; donde desenredaron una trama de contrabando de cigarros. Y, mi favorito, al pequeño reino de Ottokar en Europa Central, donde resolvieron el robo del mítico cetro del país en la historieta Tintín y el Cetro de Ottokar.
El sólo pensar en ir de país en país como Tintín y sus amigos, resolviendo misterios, hacía que mi cabeza de niña diera vueltas como loca. También, fue el primero de muchos vistazos a la profesión de periodista; que se mostraba como una forma glamurosa de conocer así el mundo y las personas en profundidad.
Ya adulta, conocí –vía un regalo de cumpleaños de mi hermanito- los dos volúmenes más importantes de los trabajos de Hergé: el primero, el Misterio del Unicornio, en el que Tintín conoce al Capitán Haddock y resuelve el misterio de uno de sus ancestros relacionado con el tesoro de un naufragio. Y el último –Tintín y el Arte Alfa- en el que el periodista belga se introduce en el mundo de los marchantes de arte y de los falsificadores. Este mundo también me ha fascinado desde siempre, debido a que me gusta mucho el arte y –gracias a lo que he aprendido en el trabajo- considero el arte una de las inversiones más agradables que existen. Pero esto ya es criterio profesional…
Tintín, pues, fue un primer y encantador pasaporte al mundo. Me amplió el horizonte y permitió que aprendiera acerca de la diversidad de seres humanos que vivimos en el mundo, y las fascinantes diferencias culturales entre los pueblos. Sin embargo, es válido hacer la salvedad de que para estándares modernos, Tintín es una publicación que puede verse como racista y colonialista. Yo no me voy a esos extremos: simplemente, fueron escritos en un lugar y en una sociedad en la que imperaban esos pensamientos.
Lo anterior, hace simplemente más necesario el acompañamiento de padres y profesores en el caso de que existan preguntas. En mi experiencia personal, haber leído libros como este me produjo el efecto contrario: me mostró lo diversos que somos en el mundo; y contribuyó a instilarme la urgencia de conocer más acerca de esta diversidad…¡y viajar!
Que lindo! No hemos leído nunca Tintín y no teníamos idea de que tenía tanto contenido 🙂 se ve increible!
Tintín es muy especial, y es una serie que se disfruta a cualquier edad. Anímense, que además es muy agradable leer historietas!
Mi padre nos compraba un cómic diferente cada semana, y la verdad que a pesar de que nunca me terminaron de gustar, recuerdo los de Tintín con especial cariño (al igual que los de Asterix). Saludos!
Ásterix llegó aquí por la TV que por las historietas. Habría sido genial leerlas!
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