Hoy sucedió algo que todos veníamos deseando silenciosamente desde hacía unos días: pudimos hacer pereza, dormir hasta tarde y desatrasar un par de dedudas de sueño que teníamos por ahí. Es un efecto de cumplir treinta años: empezamos a apreciar dormir, tomarse el café de la mañana conversando, con toda la tranquilidad y desayunar entre amigos, mientras nos íbamos bañando.
Nos fuimos al centro comercial a almorzar porque hoy fue nuestro día de compras…número 1. Porque eso también es bueno de cumplir treinta: podemos comportarnos con la energía de los jóvenes pero darnos gustos de adultos. Fuimos a unos Outlet que Jose conocía pero que son nuevos para nosotros: los International Premium Outlets.
El sitio es enorme. ¡Con decir que no lo alcanzamos a recorrer todo…! La arquitectura, es la misma que en Orlando: colores pasteles, techos muy altos, áreas amplias y la sensación de estar siempre en el mismo lugar tan propia del país: ese tipo de espacios, una autopista y comida chatarra. El básico americano.
Había tiendas de marcas muy reconocidas; así como de otras más locales. Como no estaba muy antojada; y francamente no necesitaba reponer nada en mi closet fuera de blusas, compré una en Forever21, de cuadros; que me quedaba como mandada a hacer. Pero, recorriendo las tiendas, las chicas fuimos a dar a Claire’s; donde revisité el pasado de la forma más insospechada al ver los dos frascos de limpiadores de joyas de mi mamá, con los que crecí: rojo, para las joyas de oro y gris, para las joyas de plata:
También averiguamos si era posible hacerse la segunda perforación en la oreja; pero era carísimo: ¡USD$ 60! En Medellín, por $50 mil de los nuestros, nos lo hacemos con un profesional, en uno de los mejores sitios de tatuaje y perforación de la ciudad. Así que, por esa vez, Lala y yo pasamos. Ya nos lo haríamos después.
Cada cierto tiempo nos encontrábamos con los chicos, que hicieron compras relativamente similares a las nuestras; aunque en distinto orden. Nuestro “agujero negro” fue Forever 21. Nos quedamos un largo rato rondando por los anaqueles, viendo ropa y haciendo la kilométrica fila en el probador para medírnosla. Mientras esperábamos, de nuevo, escuchamos conversaciones acerca de Animal Kingdom y Pandora. Nuestros vecinos comentaban acerca de la brutal que era (y de lo más brutal todavía que era la fila), aumentando nuestras expectativas para la ida a Animal Kingdom. ¿Estaría la atracción, efectivamente, a la altura de lo que nos pintaban. Sólo lo sabríamos al verla.
Rico día de descanso y mercado de ojo (.) 🙂
Interesante 👍
Gracias!