Curiosamente, nunca había leído libros de este tipo. Es decir, un texto derivado de una conferencia impartida por la autora. Ella, además de ser una estudiosa del mundo clásico y una escritora de literatura ambientada en esa época muy reconocida a nivel mundial, es también una feminista muy comprometida; que decidió unir sus dos pasiones y demostrar cómo la forma en que son tratadas las mujeres que aspiran a llegar a posiciones de poder (o llegan a éste y lo ejercen) no difiere mucho de aquella en que trataban los griegos antiguos a las mujeres.
Este pueblo era un dechado de igualdad. Encerraba a sus mujeres en gineceos y, además, las marginaba de cualquier discusión cívica o política, patrimonio exclusivo de los hombres. El deber de las mujeres, por otro lado, era traer niños al mundo y buscar que llegaran a la edad adulta para que continuaran el nombre de la familia de sus maridos. Nada muy distinto a lo acontecido hasta los albores del siglo XX.
Así que el texto, necesariamente corto que nos proporciona Beard, describe de manera mordaz unos paralelismos dolorosos entre el trato que han recibido las mujeres poderosas a lo largo de la Historia. Utiliza para ello los retratos históricos que de ellas han hecho el Teatro (sobre todo la tragedia), la Historia y la Literatura; llegando incluso hasta el discurso de la moda. Para las mujeres poderosas, ésta parece ser una sempiterna variación colorida del traje masculino porque, no quiera Dios, vaya el electorado las y confunda con las Primeras Damas; éstas últimas siempre vistas como decoración.
Una lectura recomendada. Corta pero punzante. Permite comprender muchas cosas de una vez; por lo que la recomiendo para una tarde sin afán: vayan leyendo, vayan pensando. Porque el acto de rebeldía más grande que cualquier ser humano (y sobre todo cualquier mujer) puede acometer es forjar su propio criterio.
Una gran entrada, el libro parece muy interesante y del cual se puede aprender muchas cosas interesantes. Saludos!
Cortico pero sustancionso. ¡Gracias por tu comentario!