Octubre 21
Boston, MA
Hoy es uno de los días que más he dormido…en mi vida. Señores, me levanté a las 11.37 de la mañana; y en mi celular había una llamada perdida de mi hermanito, que me había llamado pensando, oh sorpresa, que sería yo quien estuviera despierta, y no el papá.
Todavía medio desorientada, no salía de mi asombro pues había dormido…¡alrededor de 15 horas! Dios, eso fue mucho cansancio acumulado; pero lo achaco a no haber dormido en el bus rumbo a Niágara y haber estado activa el día de llegada a Boston. Esas cosas pasan factura…
Nos arreglamos, comimos y decidimos qué íbamos a hacer con lo que (quedaba) de día. Decidimos comenzar a hacer el Trayecto de la Libertad, llegar hasta donde pudiéramos por el día y seguir al día siguiente. Total, podíamos darnos el gusto de conocer esta zona con calma.
Lo primero que hice fue descargar el mapa de la Freedom Trail en mi celular; que ha resultado una ayuda invaluable en este viaje. La versión que descargué (disponible haciendo click aquí) me gustó mucho; pues no sólo tenía los puntos del lugar, sino que también daba una pequeña explicación de su importancia para la ciudad; y en el contexto de la Historia de los Estados Unidos.
Punto para Boston: es lo suficientemente densa como para que esta caminata pueda tener lugar y podamos seguir letreros existentes en el mobiliario urbano de un sitio a otro sin que medie un guía turístico.
Así que nos dirigimos de nuevo al Boston Common, que tiene su propia estación en la Línea Roja. Es ahí donde comienza esta ruta histórica. Al considerar que ya lo habíamos recorrido, decidimos que podíamos saltarnos sus alrededores (el Monumento al 54 Regimiento de la Unión y la Massachusetts State House), y nos dirigimos hacia la Capilla del Rey (King’s Chapel); a la que es posible entrar al edificio haciendo un aporte voluntario; por lo que no hay una cifra determinada para la boleta.
Ésta se llama así porque fue el primer lugar de adoración perteneciente a la Iglesia de Inglaterra en la ciudad. Recuerden que este pueblo fue fundado por puritanos (“Ya: fastidiosos y puritanos. Vaya si vamos bien en esta ciudad…!” pensé, muestra del tedio) que buscaban libertad para seguir sus formas religiosas. La Capilla del Rey, por lo tanto, fue vista como una intromisión de la Corona Inglesa en su forma de vida, y enfrentó mucha oposición al momento de ser edificada.
Además, era una representación de las capas de la sociedad: mientras las personas de clase alta tenían derecho a un palco para ellos y sus familias previo pago de una anualidad al cura, los esclavos, libertos y transeúntes sólo tenían derecho a sentarse en las graderías, en el segundo piso del edificio:
En esta Capilla presencié uno de los momentos más lindos del viaje; pues llegamos justo durante un ensayo del Coro. Y justo, en ese ensayo del Coro estaban cantando una de mis canciones favoritas en contra de la Guerra: “Where have all the flowers gone?”, cuyo sonido les dejo:
…y, pues eso estaba muy lindo, pero había que seguir con la ruta. Seguimos caminando, y paramos en Starbucks porque queríamos café y el frío estaba empezando a dejarse sentir. Justo al lado del Starbucks, estaba la Antigua Alcaldía, y el monumento a la Escuela Latina; ambos parte de la ruta.
Los vimos de lejos, y seguimos nuestro camino. Una de las paradas, una librería en la que se solían reunir intelectuales nos dejó un poco confusos; ya que hoy en día, el local es operado por Chipotle. Sin comentarios, Su Señoría…
Nuestra siguiente parada estaba cerca: la Antigua Casa de Reunión del Sur. Valga decir que estas “casas de reunión” (Meeting House) eran una especie de centros de acción comunal regidos por curas puritanos. La del Sur, sin embargo, tuvo siempre una reputación de liberal; y de ser un sitio abierto a escuchar las diferentes posiciones de las personas. Tienen registro de haber sido sitio de debate público entre realistas e independentistas por los años en que todavía eran colonia inglesa; e incluso escucharon, en esa ciudad de puritanos, a la pionera de los anticonceptivos. Ella, como muchos otros que fueron a hablar y a ser escuchados allá, está inmortalizada en una estatua:
En este sitio, como en el Hirshhorn, también es posible seguir un recorrido a ritmo propio escaneando códigos QR con el celular, que amplían la historia que ya hay expuesta en los carteles a través de videos. La entrada a este sitio histórico cuesta US$5 por adulto.
Caminamos un par de cuadras más, siguiendo los letreros y el mapa en mi celular; y llegamos a la Old State House, o Antigua Casa de Gobierno. Este era el sitio desde el que trabajaba el virrey colonial. Por esto, es posible ver las armas de Inglaterra expuestas en el museo; al cual se entra previo pago de US$10, que da derecho a hacer un recorrido guiado, donde explican la simbología detrás de las armas de la Corona Inglesa, y de las salas del edificio…y cómo los bostonianos suelen expresar sus opiniones a través de disturbios a lo largo de la historia.
“Vaya, vaya” seguí pensando “Otra más para la larga lista de cualidades bostonianas”.
En el recorrido, además, aprendimos sobre el legado de John Hancock; el primer Gobernador de Massachusetts, Presidente del Segundo Congreso Continental y Senador de los Estados Unidos; y de quien, por desconocimiento, no conservaron su legado. Sólo permanece, conservada en Old State House, la enorme puerta de su casa en Beacon Hill.
Fue al final de este recorrido que nos unimos a Pipe; quien ya había salidos de las conferencias y estaba caminando por ahí. Pasamos por el memorial a los caídos en la Masacre de Boston; que es una estrella de cinco puntas conmemorando el sitio de la ciudad donde los ingleses dispararon contra los cinco patriotas en los tiempos previos a la Revolución.
Caminando un poco más, nos acercamos a Faneuil Hall; el Edificio del Saltamontes fue construido también en los años previos a la Independencia, y funcionaba originalmente como plaza de mercado y sala de asambleas de la ciudad.
(Me encontré esto en Faneuil)
Terminamos el día en Quincy Market; una visita que se volvería recurrente a lo largo de la estadía en Boston. En este antiguo mercado es posible encontrar lo que sea para comer. Desde comida del Medio Oriente, hasta la famosa langosta de Nueva Inglaterra, pasando también por helados y dulces.
En honor a la visita, optamos por el plato local; y disfrutamos de nuestra primera ensalada de langosta en Boston antes de ir a casa, a protegernos del frío.
Me encantó la escultura de la señora de los anticonceptivos !
A mí también!! Una valiente!