Octubre 28
Miami, FL / Medellín, Colombia
…¡pero sorpresa! No le habían quitado el pin magnético a mi falda; por lo que tuvimos que buscar una tienda Forever 21 que pudiera removerlo. Y en Miami, donde las distancias no son las más fáciles. Y teniendo, además, que comprar una pesa para el equipaje y unos tés que pidió la esposa del papá a última hora…y ayer no habíamos comprado unos artículos de maquillaje que quería traerle a la tía, que es alérgica…
Gracias a Dios, encontramos una tienda de Forever 21 en Miami Beach, relativamente cerca; a la que fuimos en cuanto abrieron. Antes, sin embargo, nos fuimos a buscar los tés y la pesa de equipaje. Y el sitio de venta de maletas estaba cerrado…ay no…
Bueno, dijimos, vamos a Miami Beach y de regreso nos metemos a ver si encontramos las maletas…pero antes, nos encontramos un CVS. Encontré el maquillaje para la tía, encontré maquillaje para mí (perdóname, Señor…)… ¡y encontramos la pesa para el equipaje! Yay! ¡Una tarea cumplida, de velocidad! Ya, llegamos a Forever 21 y en menos de cinco minutos me ayudaron con la falda. Y nos devolvimos a toda prisa al apartamento.
Llegamos a pesar y a medir; y conforme lo íbamos haciendo, más lejos iba quedando nuestro sueño de llevar solamente una pieza de bodega y otra de mano para cada uno. Terminamos trayendo alrededor de 100 Kg de equipaje entre los dos, entre 4 piezas de bodega y 2 de mano. Toda una proeza, de la que el papá nos manifestó sentirse muy orgulloso, para nuestro desmayo…
Llegamos al aeropuerto, chequeamos maletas, y nos sentamos a almorzar. Nos tomamos nuestro tiempo; y luego, nos despedimos del papá para pasar los controles de salida. Al llegar a la puerta, nos dimos cuenta de que éramos dos de los últimos tres pasajeros que esperaban (que cosas, ¿no?)…y de que todos los compartimientos de mano del avión estaban ocupados. Habría que mandar nuestras piezas en bodega.
Nos llenaron unos controles manuales, entregamos las piezas, y nos preparamos para pasar las próximas tres horas en un avión relleno.
Aterrizamos, surtimos trámites; y empezaron a sacar y a sacar y a sacar maletas por la banda. Parecía ser que todos habíamos hecho buen uso de las piezas permitidas por Avianca, pues el equipo de tierra tuvo que hacer sus buenos cuatro viajes para traer toooodas las piezas que habíamos montado.
Todo nuestro equipaje llegó, en muy buen estado; y afuera nos estaban esperando Marce y la tía, para llevarnos a nuestro destino final.
Y un regreso feliz, para volver a la realidad 😉😉