Leí, por supuesto, durante el viaje. Pero leí literatura de viaje; o sea, nada muy profundo. Como lo suficiente para disfrutar de los trayectos en avión o bus, o las noches de Boston; para risa del Papá. Nada particularmente exigente; por lo que estos dos tomos, continuación de la serie de “Crazy Rich Asians”, se prestaban perfectamente para la ocasión.
En ambos, continúan las aventuras de la profesora de negocios Rachel Chu por la loca tierra de lo que se llama “High-Net-Worth Individuals” o, en su conjunto, lo que en finanzas se denomina “Wealth Management”. Sólo que esta vez es distinto. Esta vez, esas aventuras tocan su verdadera fibra y uno de sus anhelos más ocultos: una familia.
Al mismo tiempo la familia de Nick Young (ahora su esposo, perdón por el spoiler) enfrenta la prueba de una difícil sucesión, con derecho a apertura de testamento con altas dosis de suspenso…al estilo, nada más y nada menos, que de la loca familia singapurense que ya nos presentaron el primero de los libros y la película homónima.
No revelaré más detalles de la trama; pero leer estos dos ejemplares y haber leído y visto la película del primero me dejó una especie de semilla plantada en mi inconsciente…hasta que me di cuenta: ¡El Mundo en Llamas! ¡Esos libros son la representación fehaciente, liviana y muy glamurosa de los postulados de El Mundo en Llamas!
…es decir, si se lee entre líneas. Buscar algo expreso (aparte de que es plagio, pero nunca sobra señalarlo) no tiene absolutamente ningún sentido; por cuanto no existe relación con el texto escrito por la autora, Amy Chua; quien, entre otras, pertenece a una familia como las que describen tanto el libro suyo como los de Kwan.Y no lo digo yo; lo dice ella misma, en su libro.
Yendo entre líneas, quienes hayamos leído el trabajo de la profesora nos encontraremos con más de un ejemplo de las tensiones étnicas que ésta reseñaba en sus páginas: amiguismo con el gobierno; predominancia económica de un grupo étnico distinto al nativo; población local con bajos índices de alfabetización o de acceso a la industria formal promovida por ese mismo grupo étnico distinto; mayor desigualdad causada por disparidades en la educación y asimetría en los mercados laborales; entre otros tal vez más sutiles que mi entendimiento no alcanzó a captar.
Así que, entre descripciones de viajes de compras por el mundo, almuerzos en clubes campestres, fiestas de alta costura y partidos de golf con el Ministro de Defensa, nos vamos enterando por los lados de la feroz competencia entre las industrias de Asia. De la injerencia de altos funcionarios del Gobierno chino sobre su economía; creando una simbiosis que opaca el comercio. Y, por supuesto, de cómo más de uno oculta sus fortunas en paraísos fiscales asiáticos; o la invierte por fuera de la región, para dar la imagen de austeridad que esperan tanto los ciudadanos como los Presidentes de la región.
Sólo que toda esta complejidad está ejemplificada como si fuera una reseña de sociedad, envuelta en un bonito lazo; e idealmente con la etiqueta de una tienda de lujo en París.
Felicidades por completar todos los “retos”. Además, justamente esta tarde (por la del miércoles) me acerqué a mi librería de confianza, y me encontré con el libro de Fuego y sangre, he de decir que me impresionó su tamaño (es enorme), y algunas de las ilustraciones están muy logradas, ya nos contarás qué tal está. Saludos!