Mi primer reto literario del año fue la lectura de Máquinas Mortales; el libro cuya película se estrenó el jueves 10 de enero; y que iré a ver con mi hermano en IMAX.
El libro es una distopía. En ella, las ciudades compiten de manera feroz por los recursos del planeta; sólo que ahora la competencia es bastante literal: las principales ciudades del mundo están sobre ruedas; y se persiguen, se cazan y se devoran como si estuvieran en la sabana africana; siguiendo un precepto llamado Darwinismo Municipal.
En ese contexto, un aprendiz de historiador y una asesina fallida se encuentran; y conocen personajes y lugares maravillosos mientras buscan cómo evitar una catástrofe. No diré más, porque *spoilers*
No obstante, sí diré que leí este libro en el transcurso de la tarde del primero de enero. Es una lectura sencilla, entretenida; e hilada de modo tal que el lector no querrá soltar el libro hasta terminar, como me ocurrió. Yo tenía que saber qué pasaba; tenía que saber cómo terminaba Valentine; y si se encontraba con Hester; y si Anna Fang (Feng Hua, la Flor del Viento, mi personaje preferido del libro) lograba su objetivo, o si al Hombre Resucitado le garantizaban el deseo de su corazón, etc.
Me encontré sufriendo por los personajes; y sobre todo, me encontré sufriendo por el planeta. Porque, de alguna manera, sentí que ya estamos haciendo lo que hacen las ciudades en el Terreno de Caza: que ya estamos tragando recursos; que ya estamos buscando cómo invadir; que ya recibimos insumos y desechamos (recursos, personas, lo que sea) como si fuéramos, todos, una misma máquina. Que tenemos una necesidad (realmente, una pulsión) por consumir que nos hace sentir, paradójicamente, superiores ante quienes simplemente se lo toman todo con más tranquilidad. Sentí que, en este momento, somos más ingenieros que historiadores; y, aunque los dos gremios son necesarios en cualquier sociedad, no debe ser necesariamente así: es necesaria la razón; pero también el corazón.
Creo que esa es la enseñanza del libro: que a veces las personas nos dejamos llevar demasiado por la razón; y nos sentimos y nos convertimos en máquinas. Y que debemos, en esas ocasiones, hacer caso a nuestra propia conciencia y buscar lo que nos hace, en el fondo (como descubrió el Hombre Resucitado) humanos.
wao muchos libros, mi reto solo son 12 al año, pero me parece interesante tu lista owo
Muchas gracias! Hasta el momento, nos mantenemos 🙂