¡Qué vergüenza! Me he ido olvidando de la Hélade en estas últimas –varias- semanas! Shame on me! En todo caso, lo que no he contado sí lo he leído; y aquí van mis resúmenes acerca de esta telenovela que fue la Guerra de Troya:
En el Canto XIII, cuando peor está la cosa, Poseidón se compadece de los aqueos; y va al campo de batalla –cerca a las naves, donde estaban arrinconados los aqueos- a animarlos y a infundirles valor; mientras convence a Idomeneo de que vaya a socorrerlos. Gracias al dios de los mares, los aqueos comienzan a repeler a los troyanos. Pero Zeus sigue protegiendo a esos últimos; así que los dos dioses se enfrentan por interpuesta persona.
En el calor del combate, se destacan los de Idomeneo; que mata a varios y, junto con Menelao y Antíloco, se enfrenta a Paris y Eneas (sí, el mismo de La Eneida); y saca a Héctor del centro de los combates…por un momento; porque todos sabemos que Héctor es una especie de súper héroe del combate, y muy pronto vuelve a la acción.
Por eso, el Canto XIV comienza con un sorprendido Néstor, que nunca ha visto semejante calentura. El anciano se da una vuelta por el campamento para ver cómo va la cosa; y se encuentra con algunos de nuestros héroes (Agamenón, Odiseo y Diomedes) que, heridos, hablan con él y reflexionan acerca de sus probabilidades de éxito.
Diomedes, más optimista, los convence de volver a la batalla; porque huir es un deshonor y que ellos combatan, heridos y todo, es positivo para los griegos. Así que los héroes regresan a buscar sus armas; mientras en el Monte Olimpo Hera decide que va a usar armas de otro tipo en su combate contra su esposo.
Se arregla, se viste y se dedica a seducirlo con ayuda de Afrodita –que le presta un cinturón- y de Hypno, que literalmente lo adormece; lo que por supuesto, no deja de aprovechar Hera. Le da ánimo a los griegos, que –en su combate- renuevan sus energías contra los troyanos y empiezan, con la ayuda de las trampas que había puesto Poseidón, a inclinar lentamente la balanza en su favor.
En el momento de mayo fervor, Ayax tira una piedra y, sorpresa, le atina a Héctor. Muy herido, éste sale del campo para ser curado por sus soldados y la moral de los aqueos queda por las nubes; lo que aprovecha Ayax para animar a los combatientes y echar a los troyanos de la zona de las naves.
¡Go Greece!