Uno de las autoras revelación de los últimos tiempos estaba esperando para ser leído. Y mi RetoLector me pedía leer acerca de un escritor asiático, africano o suramericano. Así que me incliné por ella; dado a que he leído ya algo de literatura asiática, y a que la suramericana -en términos de exotismo, que vendría siendo el concepto detrás de este reto- no me aplica, pues soy de Colombia.
Debo comenzar por admitir cierta dificultad en escribir acerca de este libro. ¿Qué decir que no se haya dicho ya? Total, es la época del #MeToo, del Feminismo, de las discusiones del aborto en algunos países; y de las marchas de las mujeres en las que se hacen sentir, y piden que se mantengan y amplíen los derechos que han adquirido con el tiempo. Derechos, repito; y no privilegios. Que hemos tenido que pedirlos de manera bastante vehemente en el último siglo.
Así que concluí que es mejor hablar de este libro en primera persona. No sólo hablar de lo ágil y lo cercano de su narrativa (pues Adichie dirige el libro a su amiga más cercana, que acaba de ser madre de una niña y, por supuesto, utiliza el lenguaje cálido al que acudimos cuando hablamos con los que queremos); ni de la actualidad y pertinencia de los temas que toca (ahora que queremos, como sociedad, criar niñas valientes y niños sensibles); o tal vez de lo mucho que nos falta cuestionar como sociedad. Hablar de lo que este libro me hizo sentir.
Este libro me hizo dar gracias a Dios:
Gracias, Dios, por hacerme rebelde.
Gracias, Dios, por hacer que cuestionara todo y por incomodar a mi mamá.
Gracias, Dios,por saber que estoy en el camino correcto.
Este libro se fue de frente contra todo lo que mis papás habían (intentado) enseñar a lo largo de mi infancia: ser suavecita, ser delicada (esta todavía me da repeluz), sentir que siempre me iban a faltar los cinco centavos para el peso, como decimos aquí. Gustar, en una palabra. Así, llegué a la conclusión (y a la respuesta) que estuve buscando desde que tenía cinco años, para ese requerimiento de mis papás. No; yo no quiero gustar. Yo quiero que me respeten.
Desde el fondo de mi corazón, recomiendo este libro a todo el mundo: padres, madres, tíos, abuelos, primos, tutores, amigos, colegas; y, en general, hombres y mujeres que quieran sembrar la semilla de una sociedad más inclusiva en esta nueva generación.
El tema es siempre interesante y bien recibido, pero sin embargo me parece que hay un trasfondo económico en la decisión de convertir los discursos de Adichie en libros (3 libros, me parece), muchos de estos textos se pueden encontrar en Internet sin ningún coste, y en esta era de las redes sociales es innegable que el mensaje de la autora circula libremente por la red disponible para todos. Espero haberme explicado de una forma coherente. Saludos y gran entrada!
Hola1 Sí, es muy coherente tu argumento. Vaya si habremos padecido los lectores muchas decisiones económica de las editoriales y los escritores! Pero no sabía que estos libros eran en realidad discursos. A mí me llegó a través de este medio de difusión. Saludos y nos leemos!
No sé si se trata de este, pero en concreto “We should all be feminists” y “El peligro de la historia única” son dos charlas de TED-Talks. Saludos!
Uy, las voy a buscar!
🙂 :), me hiciste reir bastante con tus comentarios °modositos°