Volvemos a Homero, volvemos a LaOdisea, y volvemos a Telémaco:
Canto III
Telémaco sale de viaje y llega a Pilos. Sigue acompañado de Atenea/Mentor. Lo recibe Néstor (¿remember Néstor, el anciano sabio de LaIlíada?), el rey de Pilos, quien los atiende y les cuenta acerca del regreso de Troya después de hacerle un sacrificio de toros a Poseidón.
Telémaco suplica a Néstor que le cuente el destino de Ulises; así éste hubiera sido terrible. Pero el anciano le dice -con total honestidad- que no lo sabe. Y procede a contar con detalle todas las privaciones y sufrimiento de los griegos los diez años que sitiaron Troya y en su regreso pues, como afirma “no todos los argivos fueron buenos” en Troya; lo que suscitó la ira de Atenea, a quien ni siquiera la intención de sacrificios de Agamenón pudo calmar.
El grupo de Néstor y Menelao, sin embargo, contó con suerte; pues Zeus les permitió salir indemnes de Troya y volver con facilidad a sus hogares. No así el resto de los griegos: reinaban la discordia y el conflicto; y los dioses no querían permitirles salir en sus barcos. No obstante, le dijo Néstor, volvieron a su casa los Cretenses, los Tesalios y Filoctetes; y deja un lugar en la narrativa para Agamenón, que volvió a su hogar a morir y fue finalmente vengado por su hijo Orestes.
Telémaco le cuenta sus desgracias, y Néstor la da ánimos, diciéndole que Atenea no lo va a dejar solo.
A continuación, cuenta con mucho más detalle la muerte de Agamenón a manos de Egisto y Clitemnestra, quien se había rehusado mucho tiempo a ser su amante. Le contó que Menelao se había ausentado como siete años más de su trono, viajando con Helena; y que sólo llegó a Micenas en el octavo año, cuando Orestes hubo vengado a su padre y estaba en medio de los funerales de su madre.
Néstor los invita a pasar la noche y Mentor/Atenea se muestra de acuerdo. Toma entonces la forma de un águila y, para sorpresa de todos, se va. Néstor dice entonces a Telémaco que su viaje está protegido por la diosa, y que va a ser de provecho.
Al día siguiente, Néstor ofrece un sacrificio a Atenea. Le ayudan todos sus hijos y Homero describe detalladamente qué función ejerce cada uno. Finalmente, Telémaco se baña, en una especie de bautizo; y luego sale adonde se encuentra Néstor, quien le permite seguir su viaje con uno de sus hijos, hacia Esparta.
Canto IV
Telémaco y Pisístrato llegan a Lacedemonia, donde gobierna Menelao; y se encuentran con que están celebrando un matrimonio doble: la hija de Menelao con el hijo de Aquiles; y el hijo de Menelao con la hija de un espartano.
Siguiendo las leyes de hospitalidad, les ofrecen un baño y un sitio de honor en el banquete, donde pueden hablar con Menelao. Los dos príncipes están fascinados con el lujo del palacio, y lo comparan con un templo a Zeus.
Menelao los alcanza a oír, y los reprende por su imprudencia con los dioses, y les dice que, debido a la muerte de Agamenón, ya no puede encontrar disfrute en todos los bienes que posee. Telémaco le cuenta que siente lo mismo por la ausencia de su padre, y se identifica ante Menelao. Éste duda si contarle o no acerca de su padre.
En ese momento llega Helena, quien reconoce en Telémaco al hijo de Ulises. Pisístrato confirma la identidad de Telémaco, y resume los males que lo aquejan. Menelao, Helena (y todos en el banquete) lloran por los caídos y los ausentes; pero se llaman al orden para no llorar en una ocasión festiva y más bien lamentarse al día siguiente. Para esto, Helena pone una mezcla de plantas en el vino que sirven a los demás invitados.
Helena, mientras tanto, les cuenta historias de Ulises como espía en Troya; y cómo una vez se lo encontró espiando en el palacio de Príamo, y no lo había delatado pues su deseo era volver con su esposo.Y Menelao cuenta cómo, estando dentro del Caballo de Troya, Ulises fue quien los mantuvo en silencio incluso en medio del desespero por salir.
Los dos príncipes duermen en palacio, y al día siguiente hablan con Menelao, preguntando por Ulises. Él se lamenta por las circunstancias de Telémaco, y le cuenta cómo casi no puede salir de Egipto. Logró hacerlo tras dar con Proteo, quien le señaló la ruta, y le contó del destino de varios héroes griegos:
- Ajax había muerto en el mar
- Da más detalles de la muerte de Agamenón: cómo Poseidón lo empujó en su barco hacia el palacio de Tiestes, amante de Clitemnestra. Cómo lo delató un espía y lo estaban esperando para matarlo.
- Ulises, quien está preso de Calipso en la isla.
Tras oír esto, Telémaco quiere regresar a su casa. Menelao entonces le da una copua de plata con borde de oro, hecha por Hefestos.
Mientras tanto, en Ítaca, los pretendientes están inquietos pues averiguan detalles del viaje de Telémaco. Temen que haya ido a contratar mercenarios para matarlos; y diseñan un plan para tenderle una emboscada. Penélope se entera y se lamenta de sus pérdidas con sus empleadas. Euriclea viola su juramento y le dice dónde está Telémaco. Le sugiere también que haga un sacrificio a Atenea, para que le proteja el hijo. Ella le manda al fantasma de su hermana Iftimé, para que la consuele y le diga que su hijo está siendo ayudado por la misma diosa. Mientras tanto, los griegos tienden su emboscada.