Esta semana, el RetoLector nos mandó a surcar los siete mares junto con estos seres, ya que pedía una historia de fantasmas. Me encontré esta entre mis libros electrónicos. “No se diga más” me dije, y acometí la lectura.
Vaya bodrio. Yo definitivamente con el terror gótico que no sea Edgar Allan Poe, no voy. Me sentía leyendo un capítulo de ScoobyDoo; donde empiezan a pasar cositas raras y sólo el más cobarde lo nota. Todo esto montados en un barco, y en plena noche. Todo esto, bastante predecible.
No es porque la narrativa o las palabras del autor no sean agradables (lo son) o que el tema (piratas) no guste. Sí gusta; a mí me gustan los piratas, y uno de mis personajes favoritos es el Capitán Garfio de Peter Pan. No es eso; es que con ese tipo de escritura no hay feeling. Lo siento. Es demasiado predecible para mí.
Me sentía leyendo un libro escrito por un imitador de Poe; con la trama de un capítulo de ScoobyDoo; así que la lectura se me hizo bastante árida. Entretenida, eso sí. Pero esencialmente árida. Caveat emptor.