París, día 4
Hoy es mi cuarto y último día en París. Quiero aprovechar la mañana para conocer la París más antigua, esa que fue fundada en la Isla en el Sena, la que desciende de la Lutecia romana.
Así pues, metro y luego cruzar por el Pont Neuf (que no es tan Neuf, pero que así se conoce) para llegar a la Isla de la Ciudad, como se conoce al sitio fundacional de París, donde se encuentran muchos de sus monumentos.
Había comprado mis entradas por la página web de cada uno de estos monumentos nacionales, por lo que los iré listando conforme vayan apareciendo en el panorama.
Pero primero, un poema: arreglos en el metro. Imposibilidad de utilizar la línea 1, que era la que me dejaba justo en la Isla. Y los trabajados eran justo el fin de semana que estaba en París. Pero no hubo problema: el metro de esta ciudad es una bendición (con todas las letras) y me fue posible diseñar una ruta alterna en el mapa que me dejaba super cerca y que fue cero traumática. De verdad, el Metro de París es uno de los mejores sistemas de transporte público que he conocido.

Mi primera parada en una mañana que fue sorprendentemente nublada fue la Sainte Chapelle. Mi tía y mi amigo Juandi me la habían recomendado, diciéndome los dos que era un sitio hermoso, medio underrated al lado de la monumentalidad de Notre Dame (a la que, por supuesto, no es posible acercarse en este momento), mejor dicho, una pequeña joya medieval escondida en París. Y es verdad, damas y caballeros.
Esta pequeña capilla medieval, construida por San Luis, es una pequeña joya que brillaba en la luz de esa mañana y cuyo interior fue una sorpresa encontrar tras el gris de la pierda. Basta decir que, como en otros casos (como el de la Capilla del Rosario o del de la Capilla de los Jesuitas en Quito) yo NO estaba preparada para lo que vi. Pero a diferencia de los casos americanos, lo que vi no fue oro. Lo que vi fue luz:


Aquí pueden encontrar las entradas, lo cual es super facil de hacerÑ yo entraba y, desde el mismo celular, las compraba con mi tarjeta de crédito, recibiendo al final la boleta con el QR para entrar al monumento. Como la Conciergerie queda cerca (ya adivinan mi siguiente parada), venden ambas boletas juntas, por lo que es una opción interesante para tomar, como hice.
La Conciergerie es el Castillo devenido tribunal, devenido prisión que se hizo famoso por ser la antesala de la guillotina en la Revolución Francesa. Valga decir también que es uno de los edificios más antiguos de la ciudad, y fue el primer palacio real, antecediendo en esa labor al Louvre.
Aquí se encuentra un memorial a las víctimas del Terror de la Revolución Francesa, además de una reconstrucción de la prisionera más famosa, la propia María Antonieta, última reina del antiguo régimen.


Caminando cerca a Notre Dame, me encontré de pasada con la Cripta Arqueológica, un pequeño museo que muestra un yacimiento arqueológico de la propia Lutecia. Hay que bajar por un tramo de escaleras hasta el yacimiento, lo que en su momento fue un puerto sobre el Sena, pero que hoy queda en la mitad de la Isla, justo al frente de Notre Dame.
Salí rumbo al Panteón (encuentran las boletas en su sitio web. Tengan cuidado, son muy severos con la hora de entrada), que sería mi siguiente monumento, pensando en si entrar al Pere Lachaise, que quedaba cerca al hotel y que me gustaría conocer también en esta visita. Vamos a ver, depende del clima.
Entré al Panteón, tras un breve trayecto en metro.
Que lugar tan hermoso. En primer lugar, no es sólo una cripta: en su nivel superior, funciona como un altar a la Patria, donde están desde las intervenciones de Santa Genoveva por París, hasta el Péndulo de Foucault; estatuas dedicadas a Voltaire, Diderot y Rousseau y, por supuesto, el conjunto monumental de lo que sería el altar mayor, dedicado a la Convention Nationale:

Bajo tierra, se encuentran los restos de todos aquellos que han tenido contribuciones significativas a la República Francesa. Principalmente, han sido figuras culturales y científicas. En particular, yo quería ir a visitar a cierto par de científicos, una de los cuales fue la primera mujer de fuera de la familia que admiré:

Al terminar la visita, seguía pensando en ir a visitar el Pere Lachaise, en vista de que visitar Saint Denis no habría sido posible en esta ocasión. Infortunadamente, descubrí que en París también caen monzones como los de Colombia, y mi último día antes de regresar a Bélgica transcurrió entre escamparme en el Panteón y buscar un lugar para tomar un café antes de regresar al hotel a empacar.

La Saint Chapelle 🙂 uno de los más hermosos monumentos de Paris!, leyendo tu entrada, evoqué mi visita a este sitio con la Abue…Es realmete impactante la belleza de este sitio. Sin menoscabar por supuesto el Pantheon Nacional y sus ilustres habitantes.
Precioso itinerario. Qué ganas de ir allá.