Ya se. A diferencia de muchos seguidores de Canción de Hielo y Fuego de George RR Martin, no tuve que esperar mucho. Por poco más de un mes (frente a los cinco años de los más fervientes), para poder hacerme a un ejemplar electrónico de la nueva novela de la aclamada Canción de Hielo y Fuego.
Lo admito, no soy una de esos die-hard fans que leen estos libros desde los años noventa. Yo soy una creyente reciente, gracias a la serie de HBO, como ya lo comenté. Sin embargo, no creo que por ser nueva sea menos piadosa; sobre todo por la veta increíble de tesoros literarios que encontré en la saga de Martin, de la que ya no me pienso despegar (aunque dije lo mismo de Harry Potter en su momento).
Sin embargo, esta vez tampoco lo pude evitar: un mes duró mi “inflexible” voluntad de mantener la fila de mis lecturas y darle prelación a aquella que estaba en primer y dilectísimo lugar. Sin más, me lancé a la lectura del nuevo libro de Westeros, con sus tramas, sus reyes, su política y sus costumbres; tan distintas pero tan parecidas a las nuestras.
Hay un poco más de fantasía de la que me gustaría; y de la usual en los libros de Martin, que privilegia la trama sobre la magia, así sus escritos la contengan. Ésta tiene, por esta ocasión, un poco más de preponderancia en el desarrollo de la trama frente a la intriga, la política y la sociedad en la trama. No deja, sin embargo, de estar excelentemente bien escrito, como hace Martin.
Tampoco se deja de lado la excelente narrativa del autor, que ya se echaba en falta; que se demuestra en la maestría con la que lleva sus personajes y, a través de sus puntos de vista, permite que los lectores puedan ver cómo evolucionan como seres humanos de una forma tan palpable, como si se hubiera vivido a su lado, antes que estar leyendo un recuento de sus aventuras. Con Martin, la acción (así se recuente en pasado) se desarrolla en presente progresivo, gracias a su forma de escribir.
Curiosa, sin embargo, me pareció la partición de los eventos por lugar geográfico hecha por el autor; pues si bien Festín de cuervos (A Feast for Crows) tiene lugar única y exclusivamente en King’s Landing, las tierras de los Ríos y el Valle, este libro se enfoca en los acontecimientos que suceden bien al otro lado del Mar Estrecho, donde la búsqueda de los Targaryen por recuperar el poder ha dado un giro sorprendente; bien al Norte, donde Jon Snow ha recibido una visita y unas propuestas que no sabe cómo rechazar.
Es, de cierto modo, una forma de no dejar que un libro quede “a la deriva” dándole cierta cohesión geográfica; aunque los fans más conservadores no gustaron mucho de ello pues le quitó cierta emoción a la estructura tradicional de los libros, que incluían frecuentes pasos de un lado del Mar Estrecho al otro para seguir la trama. Aunque no dejo de coincidir con ellos en cierto porcentaje, pues realmente Festín de Cuervos es un poco lento, no hay que dejar de lado que el escrito es grandioso, y que tiene muy buenos apartes, como la trama dorniense de Myrcella, la vida en el Valle y, cómo no, los enredos de Cersei, que ha tenido una interesante evolución desde Juego de Tronos.
Para resumir, en este libro, Martin retoma las tramas dejadas en las regiones más apartadas de su mundo; desde las cuales se empezó a gestar el dramático cambio que éste enfrenta. Además, nos regala explicaciones a algunas dudas de libros anteriores, nuevos y sorprendentes giros de la trama amén de evoluciones muy interesantes de los personajes que se encuentran al otro lado del mar.
¿Cuándo saldrá el próximo? Ojalá no demore…mucho…
Through the looking glass 