Es abril, uno de los meses preferidos en el año por los profesores de español y literatura; ya que coinciden en él acontecimientos de la vida de los dos grandes genios literarios de todos los tiempos en Occidente, Cervantes y Shakespeare. En consecuencia, se celebra el Día del libro y el Idioma, el 23 de abril.
Por ese entonces, no sé si continúe la costumbre, había Feria del Libro en el colegio. Los profesores invitaban editoriales presentes en la ciudad; y ellas exhibían durante varios días ejemplares de libros para niños, jóvenes y adultos (pues los padres, empleados y profesores también compraban libros para ellos); además de libros para la familia.
Los había de todas las clases: desde clásicos de la literatura y ediciones clásicas destinadas a los adultos del colegio, hasta la Guía de Bart Simpson para la Vida; el cual sólo compraban los padres más liberales y permisivos, pues la mayoría se escandalizaba ante las sugerencias del mayor de los Simpson.
Fue en una de esas ferias, cuando estaba en segundo de primaria, que mis papás compraron una enciclopedia de 26 tomos de los Gnomos. Aunque nuestra relación al principio fue complicada, eventualmente la enciclopedia se convirtió en una de mis favoritas, y fue compañera de mis tardes de infancia junto con Naricita: entre semana, leía a los Gnomos; los fines de semana eran para las aventuras de la niña del Benteveo Amarillo.
No obstante esta compra tan especial, la mayoría de las Ferias del Libro pasaron sin pena ni gloria; pues no recuerdo haber comprado ningún ejemplar en las mesas que el colegio ponía especialmente para las editoriales por esos meses. Sin embargo, tengo el recuerdo del ambiente de feria que se respiraba esos días, y la curiosidad que suscitaba la presencia de las editoriales en el tranquilo ambiente del colegio por esas fechas; y eso es un recuerdo muy especial.
Me encantó este escrito!
Pingback: Los primeros libros que leí | Through the looking glass