¡Lo que hace una buena siesta! Quien escribe hoy no es la misma que escribió ayer. En algún momento de la larga noche, comencé a sentirme mejor. Jose, que estaba igual, también se siente mucho mejor pues, en sus palabras, “se tomó todo lo que se le atravesó en la casa de la tía, y algo tuvo que haber servido”. Justo a tiempo para ambos, pues hoy vamos a Universal.
Comenzamos el periplo de parques con un susto. ¡Habíamos comprado boletas para el parque que no era! …bueno, para el que sí era; pero en California. No en Orlando. Sorprendidos, tuvimos que hacer la fila y comprar las boletas de nuevo. El funcionario que encontró el error nos dio también una tarjeta con un número al cual llamar para solicitar la devolución del dinero a nuestras tarjetas de crédito; pues este error es bastante común.
Superado el torniquete, comencé por no montar en algo. RockIt, la montaña rusa de la música. En su lugar, y para no dejar de ir a alguna atracción, entré a la de Shreck; que no recomiendo.
Al salir y encontrarme con los chicos, fuimos a la atracción de los Minions. Algo preocupada, pregunté qué era, y me tranquilicé cuando descubrí que era un simulador en 4D. Integran el 3D con estímulos a los sentidos como ventiladores, esencias, agua y sonidos. Con menor impacto para el cuerpo, las atracciones de este tipo logran suscitar las mismas emociones que una montaña rusa…pudiendo llegar a ser hasta más intensas.
Para mí, que llevo ya dos cirugías de espalda y debo ser responsable, esta fue una excelente noticia. Podría disfrutar de más atracciones de las que había pensado originalmente; por lo que “simulador” se volvió mi palabra feliz del día.
Sin embargo, me preocupé cuando supe que la atracción de LaMomia sí era montaña rusa. Me asusté y no subí la primera vez con los chicos; pero al salir (muy rápidamente) de la atracción, me convencieron y, muerta de susto, entré.
Disfruté muchísimo. Tanto, que repetimos dos veces más pues las filas nos lo permitieron. Descubrí entonces que, si la montaña rusa no era muy salvaje y tenía busna sujeción en la espalda, podría montar sin ningún problema. No estaría limitada por el miedo.
Así fue también “Escape de Gringotts”, la atracción que recrea la escena en que Harry huye del banco mágico tras haber logrado encontrar la copa de Helga Hufflepuff en la cámara de seguridad del banco. Un citio hermoso, que recrea con toda la fidelidad el banco de los magos. Desde las lámparas de la recepción hasta el pasillo de cajeros por el que camina Harry cuando descubre que es un mago; todo está fielmente recreado y realza la experiencia.
El Callejón Diagon sigue la misma estética. Es el sitio en Londres donde se encuentra Gringotts, y los comercios mágicos. Monté en el Autobús Noctámbulo y deambulamos también por los recovecos del Callejón Knockturn antes de entrar a Ollivander; al que Cami, muy agudamente, denominó “el achiladero principal”.
Después de esto, una visita a los clásicos: las atracciones de ET y de Hombres de Negro. Son originales del parque; al punto de que las conocía de la vez pasada que fui, hace casi veinte años; junto con las de Twister, Alien y Tiburón. Estas últimas, sin embargo, ya fueron retiradas.
A todas estas, ya se estaba poniendo oscuro; y era hora del Mardi Gras. Estaba anunciado que a las 7.00 p.m. daría comienzo un desfile en homenaje a esta tradicional fiesta de Nueva Orleans. Aproveché para tomar algunas fotos y recibí collares de colores; aunque alguna que otra vez tuve que correr el cuello (y la cámara) para evitar el impacto de un collar arrojado con demasiada precisión.
Terminamos nuestro día en el parque yendo a la atracción de Late Night Show. Simula una carrera por Nueva York, compitiendo contra Jimmy Fallon. De ahí, salimos a buscar comida porque estábamos demasiado cansados para cocinar. Fuimos a Five Guys y volvimos a dormir para, mañana, ir a Islands of Adventure; el segundo parque de Universal.
Through the looking glass 
Y quién fue el del errocito de ciudad? 😁😁😁