La conversación que acaban de ver tuvo lugar en el chat de mi grupo de amigos en días pasados. Todos, sin excepción, estamos como absorbidos por la espiral del trabajo que, este año, está con visos de convertirse en un huracán.
También debo confesar que he soñado ya dos veces –dos veces- con que disparo mi cámara, tomando imágenes e imágenes, sin fin. Me he vuelto escasa, también, en las reuniones de mi Club Fotográfico. Y ni hablar de la cantidad de veces que he salido en plan de rumba. Ninguna en este semestre.
¿A qué viene todo esto? A una reflexión. Me he estado dejando absorber mucho. Si bien es cierto en que hay momentos en el año en que se presentan picos de trabajo y es necesaria toda nuestra atención para que las tareas salgan como queremos, también es cierto que tenemos la capacidad de abstraer y de administrar nuestro tiempo adecuadamente; lo que a veces no hacemos.
Es justo y necesario que, en algunas ocasiones, entonemos el mea culpa; porque la vida no es sólo trabajo, y debemos buscar mantenernos en equilibrio.
“la vida no es sólo trabajo”
Estoy de acuerdo. Idealmente, haríamos nuestro trabajo siempre con alegría porque creímos en él, pero…
Hay que saber parar, para vivir. Nunca sabemos cuándo llega la hora:( , mira a Federico:(