Yo no soy ama de casa

Jueves, 8.00 a.m. Estoy en Junta Directiva, y entra a mi celular una llamada de un número desconocido. Digámosle Llamada #1. Me excuso, la tomo, y tengo el siguiente diálogo:

Empleado: “Buenos días señora. La llamo de la Empresa de gas. Me gustaría preguntar si podemos pasar a recoger su pipeta de gas de una vez”.

Yo. “¿Ya? ¿Ya mismo? Es que me queda complicado…yo trabajo

Empleado (que no se ha dado cuenta): ¿Pero usted no está allá?

Yo: “Señor, es que yo trabajo. Yo no soy ama de casa. ¿Le quedaría fácil al medio día?”

Y finalmente, pudimos coordinar…

A los veinte minutos, todavía en Junta, una segunda llamada desde un número desconocido. Me excuso de nuevo (enrojezco de vergüenza), y la tomo.  Aquí va la Llamada #2:

Empleado: “Buenos días señora. Llamo de la empresa de servicios públicos. ¿Usted está en su casa, para nosotros pasar de una vez por allá y arreglar los daños que hay en el trazado de la red y en la fachada de su edificio?” (Aclaración: los daños que ellos dejaron en el trazado de mi red y en la fachada de mi edificio por hacer las cosas a las carreras).

Yo: “No señor. Yo no estoy en mi casa, y sólo puedo atenderlos el sábado en la mañana”

Empleado: “Pero ¿No podemos pasar entonces?”

Yo: “No señor. Yo trabajo; no soy ama de casa y no tengo disponibilidad sino el sábado”.

Empleado: “¿No puede encontrar a nadie que le ayude?”

Algo…el tonito, como habría dicho mi difunta madre, me hizo entender que había un leve intento de hacerme entender que era culpa mía si ellos no podían hacer un jodido arreglo causado por su propia torpeza de una vez… y se me voló:

Yo: “Ah, ¿Está usted insinuando que es culpa mía…?…¿que por yo estar trabajando ustedes no pueden hacer el arreglo…?”

Empleado: “no, no, no, no, no. No lo tome así. Yo sólo quería preguntarle si nadie podía ayudarla…

“Nadie” corté yo “porque quiero que seamos mi hermano o yo los que estemos presentes. Y sólo estamos disponibles el sábado porque yo trabajo tiempo completo”. Mientras tanto, pensaba en que tendría que cambiar por segunda vez mi cita de ortodoncia y mi clase de deporte de ese día; pero que valdría la pena.

Colgamos, y a los diez minutos, me llamaron de nuevo. El mismo empleado, a decirme que no había problema; y que atenderían mi requerimiento el sábado en la mañana. Caso resuelto…por hoy…

Así, he tenido llamadas, conversaciones y hasta miradas como estos dos ejemplos múltiples veces desde hace siete años. Y los temas son bastante diversos: mi casa, mi carro, el perro… parece ser que la mayoría de las personas han vivido debajo de una piedra los últimos veinticinco o treinta años; no se han dado cuenta de que las mujeres ahora formamos parte de la fuerza laboral; y que, como tales (y, de hecho, como a cualquier ser humano), tenemos todo el derecho a tener una agenda propia y a gestionar nuestro tiempo como consideremos apropiado. Yo no estoy sentada mano sobre mano, como una princesa, esperando que lleguen a rescatarme, señores. Yo estoy muy ocupada  esforzándome ahí afuera al lado de ustedes.

Parece ser que se necesita que las mujeres estemos disponibles permanentemente para temas relacionados con el hogar, o para simplemente responder a cualquier emergencia…o porque sí. A la veterinaria de mi perro se le quitó la miradita aquella de “madre trabajadora = madre descuidada” que ponía cuando le llevaba al perro, cuando me vio aparecer adolorida de cuenta de una reciente operación de columna, mientras a mi lado el perro daba muestras de una gastroenteritis recién adquirida. ¡Bye-bye prejuicios, hola sororidad!

Mi bandera de batalla es “yo no soy ama de casa”; y no lo digo con desprecio hacia su titánica y silenciosa labor. Lo digo para que las personas entiendan que mi flexibilidad horaria no es mucha por mis compromisos laborales; y que, conmigo, es necesario hacer algo de coordinación y planeación para que las cosas se den. No es así, porque sí.

Reclamo mi derecho a tener una agenda; que es, honestamente, un derecho humano. Mi tiempo vale (así como el de los demás) vale.

This entry was published on June 29, 2018 at 9:00 am and is filed under Filosoraptor filosofando, Vida oficinera. Bookmark the permalink. Follow any comments here with the RSS feed for this post.

5 thoughts on “Yo no soy ama de casa

  1. Citando a uno de mis cómicos favoritos, David Broncano, “maldito patriarcado”. Por otro lado, es una pena que todo el mundo admire a esas jóvenes actrices que son independientes, pero cuando lo vemos en nuestros vecindarios siempre

  2. + (disculpa) continuando… Siempre lo vemos con malos ojos y llenos de prejuicios. Yo por ejemplo tengo amigos que viven con sus parejas y son ellos los que se encargan de la casa (porque no tienen trabajo). En definitiva, ya lo decía Dylan, los tiempos han cambiado. Saludos!

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