…¡con cara de mango biche! Así era como acostumbrábamos tratar a quienes se metían en conversaciones ajenas en mi preescolar. Si bien no me parece la forma más madura de hacerlo hoy en día, sí me parece bastante contundente; pues pone a quien tiene las orejas largas en su lugar sin dar más explicaciones.
En estos días me pasó. Yo estaba hablando por teléfono con uno de mis jefes respecto a un tema relacionado con un familiar y unas gestiones; cuando me intentaron interrumpir la llamada, hacerme interrumpir lo que mi jefe estaba diciendo para poner atención a quien interrumpía. Mostro, yo sé que éste es un espacio abierto; pero eso no te da derecho a escucharme mis llamadas telefónicas, y a impartir tu opinión acerca de ellas. Te informaré cuando sea pertinente. En este caso, a la larga, no lo fue.
Creo que no es necesario decir el enojo que eso me produjo. Me parece una falta de respeto, una descortesía y una falta de elemental educación meterse en una conversación ajena. ¿Su mamá no le enseñó o qué?
Sobre todo, me parece desagradable que haya sido en un espacio abierto: si no hay paredes, es nuestro deber ser aún más educados y comprender que eso no implica que nuestras intimidades o nuestras conversaciones se mezclan o se conviertan en un bien público. Incluso si es un tema de trabajo. Estamos compartiendo un espacio; no nuestra intimidad.
Entiendo que pueda haber escuchado involuntariamente. Pero no entiendo y no acepto que el que eso pasara le diera derecho a interrumpir, y encima a pretender dar su opinión por encima de las dos partes que están hablando entre ellas. Respete.
😂😂 Me imagino tu furia! Definitivamente hay gente que no se logra ubicar 👿
Deje así…