Pruebas de estrés

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Una prueba de estrés (Stress test) es como se denomina al ejercicio financiero que hacen periódicamente los bancos, para conocer en qué capacidad están de responder a cualquier presión del sistema sobre ellos. En Colombia, se practican desde nuestra crisis del UPAC, que produjo unas presiones masivas sobre el sistema; y, en los Estados Unidos, desde la recesión de 2008.

Es precisamente este nombre el escogido por Tim Geithner para su libro de memorias. Y muy apropiada fue la elección; pues, aunque el autor diga que fue una persona promedio, podemos afirmar que los trabajos que desempeñó no lo fueron: pasó por las crisis del Tequila, de los Tigres Asiáticos, de Rusia, de las PuntoCom y así, hasta llegar a su Goliat personal: la crisis de su propio país, paradójicamente rescatador en jefe del mundo; justo cuando se ponía al frente del equivalente de nuestra cartera de Hacienda.

Personalmente, soy reacia a leer libros políticos, escritos por políticos y acerca de políticos que no hayan muerto hace al menos 150 años. Siento que, de alguna manera, los políticos recientes utilizan los libros como una forma impresa de propaganda (por la cual, además, estoy pagando) o una herramienta viral para justificar sus acciones -cualquiera que éstas sean- sin que haya, al menos, una cierta pátina de tiempo que permita un examen con mayor perspectiva. En la política, como en la vida y en la física, el tiempo ayuda a la distancia; y, por lo tanto, permite un mejor examen de los acontecimientos, con una cabeza menos caliente.

Sin embargo, no me pude resistir al discreto encanto de este libro. Recuerden que amo cuando son libros acerca de mi carrera. Además, es válido decir que no es un libro político, sino sobre políticas; y que muestra la forma en que fue escrito el manual para manejo de crisis económicas en el país con los mercados más grandes y profundos del mundo. Un impacto tan grande que habría tenido el potencial de ser simplemente catastrófico para la Humanidad en su conjunto, llevando a una segunda Depresión que se extendiera por una década, y que llevó a tomar medidas cuando menos heterodoxas. Para ambos lados del espectro político.

Geithner lo enmarca, además, en su trayectoria vital. Muestra cómo su recorrido por el servicio civil de los Estados Unidos le fue permitiendo entrever las decisiones que le permitirían reducir el daño de forma estratégica; mientras aplicaba paquetes de medidas personalizados que permitieran al país salir de la sinsalida en que estaba sumido. De nuevo, sin que hubiera contagio a otras economías; o con el menor posible.

El libro muestra que la vida, finalmente, puede no ser otra cosa que esos momentos mágicos en los que tomamos las decisiones que son correctas; y que nos llevan por el camino correcto. Geithner lo hizo -a veces, como reconoce, con menos consciencia que otras- pero contó con la fortuna de tener grandes maestros y mentores que lo llevaron por bautismos de fuego, viviendo -como hemos aprendido a hacer estos días en que vivimos nuestra propia prueba de estrés- un solo día a la vez. Y que Dios nos ayude.

This entry was published on April 6, 2020 at 9:00 am. It’s filed under Lectura and tagged , . Bookmark the permalink. Follow any comments here with the RSS feed for this post.

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