Tengo un método para ver si mis antojos son simplemente eso (deseos baladíes) o si son algo con un impacto a más largo plazo que ha probado ser bastante efectivo en los últimos años. Consiste en consultar mis deseos con la almohada y enfriar lo más posible la decisión para saber si es, en efecto, una buena decisión, o si se trata de algo irraciona.
¿El problema? A veces puedo exagerar un poco (sólo un poquito) y esperar algunos…años…a completar mi antojo. Infortunadamente, tal fue el caso con los dos libros que escogí para este bono: El Pintor de Almas, de mi admirado Ildefonso Falcones llegó a las librerías en Navidad de 2019, justo antes de que la pandemia nos guardara. Así que esperé con paciencia.

Lo mismo pasó con Buda – una biografía, de Karen Armstrong. Llevaba más o menos desde la misma época queriendo conseguir ese libro, ya que aprecio las enseñanzas del Buda y, en un mundo ideal, me quisiera aproximar a ellas. Así que les busqué el lado: en español (fuera en Bukz o en la misma LibreríaNacional) o en inglés, buscándolo en Amazon, nuevo o de segunda. Siempre, por alguna u otra razón, no cuajaba la compra: no tenía la plata, no hacía la compra, algo me distraía…algo, siempre algo. “En otra ocasión será” me decía siempre. Y, por fin, en esta ocasión fue.

Tres años, una pandemia, una maestría y toda una cadena logística después, un buen día al mediodía, estos libros han cruzado el umbral de mi casa. ¿Y saben qué? Es cierto que pude haber enfriado como bastante la decisión (hasta para mis estándares), pero al final no me arrepiento. Porque creo que he disfrutado como nadie el seguimiento que hice a esta compra en particular.


Se siente bien prorrogar el placer.
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