Siguiendo con mi proyecto de la Las Bibliotecas, hago ahora un alto en mis años de formación, en los que influyó (en materia de bibliotecas) la Biblioteca Madre Bonifacia. Ésta toma su nombre de la religiosa fundadora de la Congregación Siervas de San José, las monjas que fundaron el Colegio San José de las Vegas de Medellín en 1.968. En consecuencia, la biblioteca de bachillerato (biblioteca principal del Colegio) lleva el nombre de la fundadora de la Orden.
Estudié en San José de las Vegas desde los 5 hasta los 17 años, cuando me gradué. De mis mejores recuerdos, es la biblioteca. Está situada en una especie de segundo piso y medio; y goza de una vista privilegiada sobre el auditorio principal. Por dentro es espaciosa, iluminada y dotada de una buena cantidad de mesas de estudio. En particular, solía gustarme pasar los descansos en unas que quedaban detrás de las novedades de la Hemeroteca; que por alguna extraña razón nunca nadie miraba y eran sólo para mí.
Fue en este lugar, al que entré con algo de timidez cuando tenía 10 años –recomendada por la Biblioteca de Primaria- donde pude leer sin reparos a Saramago cuando mi mamá decidió que no me iba a financiar más libros; donde me conmoví al conocer autores maravillosos como Morris West y Dominique Lapierre, gracias a la muy amplia y siempre creciente colección general de la Bblioteca; y donde conocí de primera mano acontecimientos mundiales: no sólo por las suscripciones a revistas y periódicos de circulación general y específica, sino porque allá más de una vez pude ver de refilón acontecimientos del mundo en desarrollo, como cuando los profesores vieron las noticias del 11 de septiembre mientras se desarrollaban.
La Biblioteca me trae muy buenos recuerdos del colegio. Sobre todo, me acuerdo mucho de Zoraida, la Bibliotecaria; y Liliana, la Auxiliar. Ambas excelentes personas, que transmitían a las alumnas su amor por los libros; y con una calidez humana increíble. Un rincón del colegio del que, lamento, no puedo incluir fotos para que lo vean, pero que me dio muchas alegrías inesperadas.
Qué bonita entrada! Yo también guardo entrañables recuerdos de la biblioteca de mi instituto y la verdad es que me encantaba ir a estudiar con mis compañeros de clase justo el mismo día del examen.
Saludos!
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