Para mi, este es el más asustador de todos los libros de Tintín. Hergé aquí coquetea con el verdadero terror, mientras -uno a uno- van cayendo en un letargo inexplicable todos los miembros de una expedición que regresa triunfante de los Andes peruanos con momias y artefactos culturales con el fin de difundir la cultura incaica en Europa. Recuerdo haber sentido miedo físico siendo una niña cuando vi por primera vez el capítulo de esta historieta en Cartoon Network.
Los síntomas de la enfermedad se hacen más inquietantes, cuando los enfermos se levantan a la misma hora, a gritar como si los estuvieran torturando, para luego aletargarse de nuevo. Sin razón aparente. Y para rematar, el querido Tornasol desaparece después de haberse puesto una joya que no debía en una noche de tormenta.
Justo el terror a lo desconocido y el choque de civilizaciones convertidos en historieta de Tintín (y en uno de los capítulos más oscuros de la serie animada, si la memoria no me falla): los exóticos Andes peruanos, las civilizaciones perdidas, exploradores, cierto aire de superioridad occidental frente a al cultura suramericana, etc.
Todos los ingredientes para que Tintín, Haddock y Milú salgan al rescate de Tornasol, y a resolver qué es lo que aqueja a los exploradores, y a ningún otro miembro de la expedición. Infortunadamente, la historia no termina aquí, por lo que habrá que esperar al Templo del Sol.
