¡Feliz Año Nuevo para todos!
Ya pasamos los días de balance. Esos días entre el 25 de diciembre y el 31 de diciembre donde la mayoría de la gente no sabe qué hora es, dónde está parada o qué debería estar haciendo. En mi caso, los uso para trabajar sin que haya ruidos (como conté aquí y aquí también), para agradecer, y para hacer un balance de lo que fue el año. Para mí, son días de reflexión, antes que días de asueto.
Ahora, llegamos a los días del propósito. Esos primeros días del año, que sirven para definir las prioridades que me van a marcar el ritmo de 2023. Y, por supuesto, mis lecturas y retomar la escritura del blog se encuentran entre ellas.
Para el caso del blog, las prioridades son muy sencillas: quiero retomar proyectos que tuve que dejar de lado por haberme puesto a estudiar. Es cierto que tal vez me faltó planeación u organización al respecto, y que igual 10 páginas de un libro diario no representan ni el 2% del día de un adulto. Peeeeero, digamos que quiero dejar de parecer esa persona que tiene muchos principios (como decimos en chiste por aquí) para poner fin a varios proyectos que vienen de años anteriores:
Primero, quiero terminar de leer a Saramago. Es increíble cómo me esfuerzo, pero no he podido terminar de leer la obra de mi escritor favorito, ni leyéndolo un año entero.
Segundo, quiero completar la serie de Tintín. Volver a Moulinsart. Ni siquiera cómics pude leer estando en mis estudios, pero pues esta reflexión me da para un escrito aparte.
Tercero, quiero terminar de leer los libros que recibí en LaBolsa. Quiero poder explorar los aspectos de mí misma que están representados dentro de esa Bolsa de libros. Quiero seguir leyendo, tanto ficción como no-ficción.
Por último, quiero terminar una lectura que tengo pendiente, la de Los Borgoñones (TheBurgundians). Quiero retomar la historia de ese imperio desvanecido, de las más fascinantes que he leído, convertido hoy en uno de los países adalides de la diplomacia.
En resumen:

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