Hace poco, encontré en Twitter esta entrada de @elvicioimpune, donde muestra una herramienta para anotar los libros sin necesariamente tenerlos que rayar. Que es algo que me neurotiza un poco, pues me encantaría poder anotar mis libros, sin que esto implique masacrarlos con tinta. Así pues, había encontrado una herramienta que me permitiría una lectura mucho más anotada y reflexiva de obras como Buda, que me hicieron reflexionar tanto en su momento.
Pero he aquí que no todo es perfecto. ¡Este negocio está en Perúúú! Me di cuenta al encontrarlos en Instagram y leer esta entrada, donde consta el precio del paquete del Recordaris, expresado en soles:
Infortunadamente, esta vez no fue y no los pude conseguir. Pero se me ocurrió que yo también podría seguir su método para anotar lecturas de forma poco invasiva, a pesar de no poder comprar el Recordaris (ojalá quienes puedan conseguirlo aprovechen, ya tienen toda la información), así que me conseguí unos post it grandes, y comencé a anotar mis lecturas: qué me gustó, en qué páginas están mis frases favoritas y, sobre todo, qué palabras nuevas aparecen en la lectura. Para mí es un placer encontrar palabras nuevas, que me enriquezcan el panorama y el vocabulario. Es un placer tener que hacer una pausa, levantar los ojos y hacer el ejercicio de buscar en un diccionario, sea de papel o digital, pero ese tema de los diccionarios lo podemos dejar para otra vez.
Así es como vamos. Ya les mostraré cuando termine esta lectura cómo queda mi intento de lectura anotada, y cómo me va con esta nueva técnica.
Through the looking glass 
Muy interesante, esto demuestra que no todo está inventado, hay mil cosas que se pueden mejorar, estrujando el cerebro para encontrarlas.